ES muy interesante la polémica que se ha montado entre Teresa Rodríguez y los suyos frente a Pablo Iglesias y sus leales (como Monedero y Echenique), por la repercusión que puede tener en Cádiz. En ese partido, movimiento (palabra que suena fatal), o lo que sea, hay varias sensibilidades políticas. También es digno de estudio que funciona por parejas. Primero eran Pablo Iglesias y Tania Sánchez; y ahora son Pablo Iglesias e Irene Montero. Mientras que en Andalucía y en Cádiz siguen siendo Teresa Rodríguez y José María González Kichi. Todos los rifirrafes del chalé de Galapagar y el pisito de La Viña, así como las cartas y comentarios colaterales de Monedero y Echenique, tienen un trasfondo más profundo. Entre los dirigentes de Madrid y los de Andalucía/Cádiz han pasado del amor al odio cainita.

La historia es compleja de resumir, como casi todo lo de Podemos y sus satélites. Digamos que los pablistas acusan a Teresa Rodríguez de montar por su cuenta la plataforma Adelante Andalucía, con los podemitas confluyentes con IU y la gente de Cañamero con el SAT, así como otros grupos, en plan independientes. Una marea o algo así, que provoca mareos en los afines a Iglesias, que después del chalé no se sabe a dónde van a parar. Puede que paren en el PSOE, que es donde siempre han terminado los más listos que había a su izquierda. A Iñigo Errejón, por ejemplo, se le ve aspecto de terminar como aquellos maoístas y troskos de antaño que se colocaron con Felipe.

Dejemos la alta política podemita, que nadie sabe cómo acabará. Digamos que en el cantón de Cádiz esto tiene una repercusión importantísima. Eso de Adelante Andalucía significa lo que ya anticipamos: que aquí Podemos y Unidos irán juntos a las elecciones municipales, sí o sí. Y es un dato relevante. En mayo de 2015 el partido más votado fue el PP, que obtuvo 10 concejales con 22.004 votos (33,68%). Pero una lista única de Por Cádiz sí se Puede y Ganar Cádiz en Común (que también consiguió 10 escaños por separado, con 8 y 2) hubiera sido la ganadora con 33.764 votos (36,38%).

Es decir, que para las próximas elecciones, esa unidad les convierte a priori en los favoritos para ser los más votados. Y eso supondría un argumento de peso para que el PSOE vuelva a hacer de bastón y los apoye, sin que les puedan decir que han alterado la voluntad de los gaditanos. En el PP y en Ciudadanos no se deberían despistar con ese asunto. El cantón de Cádiz se empieza a intuir en el horizonte, y se puede quedar al margen de la civilización occidental.

José Joaquín León