EL alcalde de Cádiz, José María González, siempre está dispuesto a poner alguna carta sobre la mesa. Así como Enrique Tierno Galván, siendo alcalde socialista en Madrid, obtuvo una merecida fama por sus bandos, nuestro José María González, desde que ha cogido confianza como alcalde podemita en Cádiz, se está revelando como un prolífico autor epistolar. Y lo mismo se las envía a Pablo Iglesias y sus compañeros de Podemos como a otros destinatarios. La última, que se sepa, al nuevo ministro de Fomento, José Luis Ábalos, al que ha solicitado que venga a Cádiz a conocer el Museo del Carnaval. Esa es otra de sus grandes vocaciones: guía del Museo del Carnaval. Lo explica de maravilla, lo cual tiene mérito, si recordamos que sigue sin inaugurarse.

Ustedes pónganse en el pellejo del ministro de Fomento. Este señor, José Luis Ábalos, pertenece al núcleo duro de Pedro Sánchez. Se podría decir, con un símil taurino (tan mal visto por el animalismo de Cádiz), que es uno de sus peones de confianza. Pues bien a este Ábalos lo puso Sánchez en Fomento, sustituyendo a Íñigo de la Serna, que ahora sufre un problema laboral, porque también los del PP pueden ir al paro. Y el señor Ábalos supongamos que empieza a recibir cartas, como si fuera el rey Baltasar. Uno le pide la línea ferroviaria de Algeciras-Bobadilla, otro las líneas que faltan del Metro de Sevilla, aquel la alta velocidad a Huelva, por no hablar del peaje de la autopista AP-4, que se le ha olvidado a todo el mundo desde que ya no gobierna Rajoy.

Y en esas llegó la carta de Kichi, como le dicen en Madrid. Donde le habla de un Museo. Pero no el de los cuadros de Zurbarán y Murillo y el sarcófago fenicio, sino el del Carnaval. Sobre este museo se dice: “un proyecto maravilloso que generará empleo y turismo”. Además de calificar al Carnaval de Cai como “una forma de ser y estar en el mundo de los gaditanos y gaditanas”, y también que es “la segunda lengua musical de Andalucía, después del flamenco”. Eso de “la segunda lengua musical” me ha gustado, y me lo apunto para no olvidarlo.

Aparte de las lenguas, chúpate ese caramelo, el ministro Ábalos se habrá caído de espaldas con la carta. No suficientemente contento, el alcalde amenaza con enviar otra al flamante ministro de Cultura, Màxim Huerta, invitándolo también al Museo. Al del Carnaval, por supuesto. Porque el otro Museo, el de la Plaza Mina, que está pendiente de obras desde el siglo pasado, y es una vergüenza para Cádiz, todavía no ha merecido ninguna carta del alcalde.

José Joaquín León