EL pasado fin de semana era el más importante de la Operación Paso del Estrecho. Más de 15.000 vehículos de migrantes embarcaron en el puerto de Algeciras, procedentes de diversos países de Europa, para disfrutar de sus vacaciones de verano en Marruecos y otros países norteafricanos. Este fin de semana también han entrado en la provincia de Cádiz varios cientos de migrantes en pateras. Desde que comenzó el Paso del Estrecho han embarcado en el puerto de Algeciras unas 500.000 personas. El pasado mes de junio llegaron más de 7.000 sin papeles a las costas andaluzas, superando a Italia, Grecia y Malta juntas. Significa que en la provincia de Cádiz los migrantes pueden entrar en ferry o en patera. Pueden entrar legalizados, o arriesgarse.

El Paso del Estrecho en barco o en patera marca la diferencia entre lo aconsejable y lo inasumible. Nadie moriría ahogado si sólo llegaran migrantes previamente legalizados en sus países de origen, según las necesidades sostenibles. Nos gusta ser solidarios y decir “vamos a abrir las puertas”, pero no hay posibilidades de recolocar a todos los que llegan sin papeles.

En España la tasa de paro es del 15,3%, en  Andalucía es del 23,1%, y en la provincia de Cádiz es del 26,86% (aunque en marzo superaba el 30%). Por decir que “no es posible que haya papeles para todos los que quieren entrar” y que “España no puede absorber a millones de africanos” han puesto a Pablo Casado como si fuera el nieto de Hitler, aunque sin bigote. Lo que ha dicho es verdad. No es políticamente correcto, pero es verdadero. Lo verdadero no siempre resulta agradable, sino que es como es.

Desde que llegó Pedro Sánchez a la Moncloa se ha agravado el problema de la migración en Andalucía y en Cádiz. No hay más conflictos, grandes guerras, ni han aumentado las persecuciones en África. La situación es similar a la de 2017. Si han entrado ya más migrantes que en todo el año pasado será porque algo ha cambiado en las fronteras. ¿Y qué ha cambiado? El inquilino de la Moncloa, que convirtió en operación mediática el rescate del Aquarius, mientras Salvini se reía.  Recordad que Italia fue cuna del eurocomunismo, pero ahora el más votado es un ultra.

Hay que mantener los equilibrios. Solidaridad y acogida, sí, pero con realismo. Como se demuestra en la operación del medio millón de migrantes que han cruzado el Estrecho tras embarcar sus coches.

José Joaquín León