HAN desaparecido las fronteras locales. Todavía existen los términos municipales, pero la realidad fluye a su manera. Por eso, es curioso que el puerto de Cádiz aspire a tener una terminal ferroviaria de mercancías en Jerez (concretamente en la carretera de la antigua azucarera de Guadalcacín). Esa posibilidad, que ya había esbozado José Luis Blanco, presidente de la Autoridad Portuaria, está planteada y pendiente de que Adif resuelva la licitación. Y lo uno nos lleva a lo otro: si el puerto de la Bahía de Cádiz puede tener una terminal de mercancías en Jerez, también sería razonable que el aeropuerto se denomine Jerez-Bahía de Cádiz. De ese modo, el puerto y el aeropuerto serían de Cádiz y de Jerez; o de Jerez y de Cádiz.

Desde hace tiempo, algunos empresarios han pedido que el aeropuerto luzca el nombre de Cádiz (como provincia) o de la Bahía de Cádiz, junto al de Jerez. Aunque parezca una pamplina localista no lo es. Cádiz y la Bahía de Cádiz tienen una marca turística y comercial que es importante defender y potenciar. Al convertirse en un destino aeroportuario, visible y nítidamente expuesto, ganaría influencia. No perjudicaría a Jerez, que lógicamente no puede desaparecer; y no sólo porque el aeropuerto esté en su término municipal, sino porque su marca también es relevante para el turismo, el comercio y el deporte.

A eso se le llama sinergias. La Diputación debería defender este tipo de actuaciones provechosas para varios municipios. Puede que aún tengamos complejos de otros tiempos, cuando Pedro Pacheco rivalizaba en Jerez y José Antonio Barroso en Puerto Real con Cádiz, aprovechando que el PSOE había dejado en una posición débil a Carlos Díaz. La Mancomunidad de la Bahía ha funcionado a medias. Siempre estuvo muy claro que Jerez forma parte del área metropolitana, siendo además el municipio más poblado.

El puerto de Cádiz fue el de los vinos de  Jerez. A las bodegas llegaron apellidos extranjeros como los Domecq, los Byass, los Terry, los Garvey, o los Osborne. Sus vinos se exportaban y tenían salida natural hacia el Reino Unido y otros países europeos a través del puerto gaditano. A Jerez y a Cádiz siempre les fue mejor cuando se unieron con intereses comunes.

El puerto y el aeropuerto deben servir también para fortalecer esas relaciones, que en pleno siglo XXI no se pueden enturbiar con localismos pueblerinos.

José Joaquín León