HOY serán clausurados los actos del 750 aniversario de la diócesis de Cádiz. Aunque la exposición Traslatio Sedis permanecerá abierta hasta diciembre. El principal monumento gaditano es la Catedral. O, por mejor decir, el conjunto de las dos catedrales y los espacios urbanos que las conectan. Siempre lo he tenido clarísimo, aunque aquí está infravalorada. Como no ha sido debidamente ensalzada, a niveles populares turísticos carece del prestigio que merece. Al actual obispo, Rafael Zornoza, criticado por algunos, se le debe reconocer que es uno de los que más se ha preocupado por la Catedral. A la vista está. Aunque también se le critique el uso turístico, como si no exisitiera en las principales catedrales del mundo. Y también en las mezquitas, por cierto.

En esta conmemoración se ha notado. Por referirme sólo al aspecto cultural, ha sido muy elogiada la exposición Traslatio Sedis, organizada con este motivo. Muchos gaditanos no la han visto, ni la verán, pero se quejarán a posteriori por no haber ido. Ya he comentado que es la mejor exposición en Cádiz de este año. Sin embargo, creo que no  está bien promocionada en otras ciudades, como Madrid, Sevilla y Málaga, que podrían aportar cientos de visitantes. Han venido turistas, pero no ese público culto especializado que acude a otras exposiciones, como Las edades del hombre, en Castilla y León.

La mejoría cultural de la Catedral no se aprecia sólo en la exposición. También se nota en el recorrido habitual. Y singularmente en la subida a la Torre de Poniente. ¿Cuántos gaditanos han subido? Nadie se lo debe perder. Es una experiencia inolvidable, incluso para quienes ya la conocíamos. Desde arriba observarán unas vistas espectaculares de la ciudad escondida. No es como la Torre Tavira (que tiene la Cámara Oscura), sino diferente; pero se llega a la misma conclusión: Cádiz es una ciudad ideal para verla desde el cielo. Cádiz es bellísima por tierra, mar y aire. Pero también se comprende mejor el disparate que están cometiendo con las torres miradores y las azoteas. La destrucción de una ciudad irrepetible, como si la gobernaran bárbaros.

Recuperar la Catedral es muy importante para Cádiz. Pero eso pasa también por evitar que se nos caiga piedra a piedra, debido a sus males arquitectónicos. No basta con poner redes, que sólo sirven para disimular. No basta con frenar los accidentes para que siga abierta. Es una Catedral que merece un plan especial e integral para salvarla. Un plan para que le llegue viva a las próximas generaciones de gaditanos.

José Joaquín León