LAS listas de las elecciones andaluzas están dando mucho que hablar. Para empezar, no son tan apetitosas como las del Congreso de los Diputados. Se supone que hay que guardar a las figuras para las elecciones generales. Y para seguir, en Andalucía se modificó la legislación, que ahora impide a los alcaldes ser parlamentarios andaluces. Lejanos quedan laquelos tiempos de principios del siglo XXI, cuando Teófila Martínez lideraba al PP andaluz y era la jefa de la oposición a Manuel Chaves, mientras lo simultaneaba con la Alcaldía de Cádiz. No sólo ella. Otros alcaldes andaluces de capitales fueron parlamentarios. Y, aparte del pluriempleo, funcionaba como gancho electoral.

Hasta que llegaron los recortes a la política. Eso impide, por ejemplo, que Adelante Andalucía pudiera presentar a José María González a las elecciones andaluzas liderando la lista por Cádiz, mientras su compañera Teresa Rodríguez encabezaba la de Málaga. Hubiera sido pintoresco. Como lo es la polémica que ha surgido en el PP provincial para que su candidatura esté encabezada por el todavía alcalde de Vejer, José Ortiz, que no quería serlo, porque prefería seguir al frente de su municipio.

En Vejer, el alcalde siempre ha sido algo más que un alcalde. En los primeros tiempos de la democracia estuvo Antonio Morillo Crespo, que fue diputado del Congreso en la primera legislatura y uno de los hombres fuertes de UCD en la provincia, además de presidir el Colegio de Farmacéuticos. Y, por supuesto, alcalde de Vejer. Ahora, con la nueva política, está mal visto acaparar cargos. Si bien el que reparte se lleva la mejor parte, sobre todo si es de la cuerda del líder. En este caso, de Pablo Casado.

En condiciones normales, el mejor candidato del PP para encabezar la lista de la provincia es Antonio Sanz. Es quien mejor conoce a su partido y a la provincia, que se ha pateado durante años. Si no la encabeza es porque se significó con los sorayistas en el bando que perdió. Eso demuestra la ceguera de los partidos, que prefieren darse un tiro en el pie, con tal de hacer el juego al señorito que manda en cada momento.

Tener candidatos a palos, placearlos por otras provincias, colocar a desconocidos… Es lo que hacen, según se aprecia en las listas. Sólo el PSOE cumple con lo que parece normal, ya que presenta a Chiqui Jiménez Barrios, la mano derecha de la presidenta Susana. Por lo demás, está claro que las listas sirven para premiar a los fieles y a los pelotas, lo que se antepone a los intereses de las provincias y de los propios partidos.

José Joaquín León