ESTE hotel del Tiempo Libre, que hoy se rebautiza del Tiempo Perdido, es un clásico gaditano. Es compañero de promoción del Hospital de Puntales y la Ciudad de la Justicia. Pertenecen a la herencia de los proyectos incumplidos de la Junta de Andalucía en Cádiz que colean desde los tiempos de Manuel Chaves. Pero el Hotel del Tiempo Perdido tiene peculiaridades. Fue cerrado por un presunto brote de legionella el 14 de noviembre de 2007. El próximo miércoles cumplirá 11 años de total  abandono. No se sabe cuántos años más pasarán hasta que el primer turista haga el check inn en la recepción del nuevo hotel, en el día jubiloso de su inauguración.

Al principio, cuando se veía venir lo que ocurriría, la Junta no era partidaria de venderlo, pero el Ayuntamiento de Teófila propuso que se construyera un hotel. Una década después la Junta decidió que quería un hotel, pero el Ayuntamiento de Martín Vila (pues el alcalde González dio un pasito para atrás) no quería. Más tarde Martín Vila tragó a regañadientes. El Consejo Consultivo ya ha emitido un informe vinculante, en el que le ha dado luz verde, pero el semáforo del hotel sigue estropeado.

En teoría, desde septiembre, pueden agilizar los trámites para la enajenación del suelo, el derribo de las obsoletas y abandonadas instalaciones existentes, así como el concurso del futuro hotel, que será concedido a una empresa hotelera privada. El proyecto es muy importante para la ciudad, ya que no sólo incluye 20.000 metros cuadrados de explotación hotelera, sino también la apertura de una nueva calle, que enlazará el Paseo Marítimo con Muñoz Arenillas, junto a los edificios de Reina Victoria.

En Cádiz es muy difícil abrir un hotel nuevo, eso ya se sabe. Aunque en el resto de Andalucía los inauguran por decenas, en Cádiz vean lo que está pasando. Será por algo, por los que gobiernan en unos sitios y en otros. Pero, aún así, es evidente que el Hotel del Tiempo Perdido no es como el del Estadio Carranza, al que le van a dar otra oportunidad. A ninguna gran cadena hay que explicar que les ofrecen un negocio redondo, en primera línea de playa, y en el meollo ambiental del Paseo Marítimo gaditano.

Precisamente para la revitalización del Paseo, que pasa por un momento delicado de salud, es muy importante contar con ese nuevo hotel. Servirá para crear más puestos de trabajo (con contratos temporales, pero no sólo), y también para darle más dinamismo y más consumo a esa zona.

¿Y cuándo se abrirá el hotel? Nadie se atrevería a decirlo. Esto es Cádiz y aquí…

José Joaquín León