HA sido vergonzoso que Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias, dirigentes de un partido parlamentario, nada más conocer los resultados de las elecciones andaluzas, dijeran que había que “tomar las calles y plazas”.  Dos días antes de que un grupo de radicales de extrema izquierda quemen contenedores, hagan pintadas en la sede del PP de Cádiz, destrocen comercios, insulten y agredan a periodistas y se líen a pedradas contra la Policía de un país democrático. Esto ya se ha visto en las calles de vez en cuando: en la kale borroka de los pro etarras, en los incidentes de la CUP indepe en Cataluña, o en otros casos.  Unos echan la gasolina ideológica y otros prenden la cerilla de la violencia. ¿Así entiende Podemos la democracia?

La democracia es respetar los resultados, gane quien gane, sean los tuyos o los otros, te gusten o no. La democracia es defender la libertad, que es para todos, no sólo para vosotros. La democracia es que si el pueblo no quiere que gobierne la izquierda con la extrema izquierda (es lo que se ha votado), pues que se respete y dejen que los otros tengan su turno. Y cuando convoquen nuevas elecciones, pasado el tiempo, que cada cual vote lo que estime oportuno. Y si entonces hay otro cambio, y gana el PSOE, o incluso Podemos, legítimamente, que se respete también. Como se ha respetado en Cádiz que gobiernen Podemos y Unidos, incluso en minoría, incluso haciéndolo rematadamente mal. Y sin moción de censura.

Vox es un partido de extrema derecha (por geolocalización política), pero no pasa nada mientras que acaten la Constitución. No tienen la mayoría, sino 12 escaños. PP y Ciudadanos, que son partidos democráticos, como lo es el PSOE, no van a permitir que se llegue más allá de las líneas rojas. Pero Podemos, que es un partido de extrema izquierda, no puede dar lecciones de democracia, ni imponer sus ideas, ni echar gente a las calles porque no le gustan los resultados. Y después la hipocresía cobarde de lamentarse cuando ven lo que ocurre, una vez que se suelta a la manada.

Los partidos, incluso los de extrema izquierda y extrema derecha, tienen una gran responsabilidad social, que es preservar la convivencia de todos. En Cádiz no habíamos sufrido problemas de intolerancia y odio político en los últimos 40 años. Tenemos amigos de todas las ideologías, desde Podemos a Vox, y se respetan las creencias de cada cual. En eso consiste la democracia y la libertad. Y también en dejar gobernar a los que han recibido más votos. Para eso se aprobó una Constitución.

José Joaquín León