LA ciudad de Cádiz tiene problemas muy importantes. Pongamos por caso, el número de sesiones preliminares del Carnaval. Finalmente, se han reducido a 20 funciones, haciendo un gran esfuerzo para no torturar a la ciudadanía. Hasta el alcalde, José María González, intervino en la polémica y reconoció que las pretensiones de organizar 24 sesiones eran excesivas. ¡Ea, cuatro menos, ya está arreglado! El sábado hicieron el sorteo, que es muy festejado en esta ciudad, pues permite orientaciones sobre las ofertas de reventas. Al coro de Paco Martínez Mora, ‘El tango se escribe con tiza’, le corresponde el honor  de abrir el concurso. Hasta el 26 de enero no se hablará de otra cosa. Y hasta el Domingo de Ramos, día 14 de abril, tampoco.

Los carnavaleros gaditanos están muy contentos porque han vuelto los grandes tiempos de las agrupaciones. Este año se han inscrito 187 en el concurso del Falla. Se ha destacado que es la cifra más alta desde 2011, cuando concursaron 184, si bien el récord se mantiene en las 198 de 2010. Aún preguntan por las causas, cuando está clarísimo. El récord se había conseguido con Teófila Martínez todavía en la Alcaldía, en las vísperas de los fastos del Bicentenario; y empezó a bajar con la crisis. El Carnaval ha ganado participación porque la crisis ha terminado, si es que Pedro Sánchez no la resucita. El Carnaval es un barómetro del impacto de la economía de las clases populares, de la gente, como dicen los de Podemos. Si no hay casera, no vamos.

A pesar de la crisis gaditana, que es eterna, ha vuelto la alegría por gastar. El Carnaval es como una inversión en una pequeña empresa de autónomos. Lo dijo Selu García Cossío en el Diario: “Cuando yo empecé se salía un día a Sevilla y era algo grande. Ahora se va a Madrid, Barcelona, Bilbao, Oviedo, Valencia, Cáceres…”. En fin, que donde hay dinero, hay alegría, y se reinvierte, y para eso estamos, no para hacer el primo y cantar gratis. Y si no se apuesta por participar en el COAC, no hay nada que hacer.

El Carnaval es como la vida misma. El Carnaval es un reflejo de Cádiz. El Carnaval es que distrae una barbaridad. Comprendo que la concejala de Fiestas, María Romay, esté muy contenta, porque el concurso es largo, y el Gran Teatro Falla se nos ha quedado pequeño, y se hablará de Carnaval hasta el mes de mayo, cuando empiece la campaña de las municipales. Y seguro que seguirán criticando a Mariano Rajoy, como todos los años; y no le pondrán ni media pega a la brillante gestión de Kichi, como si fuera un fenómeno. A ver si lo entienden.

José Joaquín León