SE ha destacado  en el mensaje de Navidad del Rey su llamamiento a favor de la juventud: “La sociedad española tiene una deuda pendiente con nuestros jóvenes”. Algunos dicen que todos los discursos navideños del Rey son iguales, y que Felipe VI dice lo mismo que Juan Carlos I. Y, al final, siempre pasa lo mismo, que el PP y el PSOE, a los que más recientemente se unió Ciudadanos, se muestran  a favor de lo que dijo, mientras que a Podemos, IU y a los independentistas nunca les gusta. Yo lo entiendo, porque el Rey nunca dice: “Le vamos a dar la independencia a Cataluña en menos de un mes”. Ni tampoco: “La semana que viene voy a participar en una manifestación con los antifascistas y voy a pintar tres o cuatro escaparates”. Con lo cual el Rey es un hombre de orden.

El llamamiento a favor de los jóvenes cada cual lo interpreta a su modo. El PSOE, por ejemplo, lo aprecia como un apoyo a la subida del salario mínimo interprofesional a los 900 euros, que puede beneficiar a los jóvenes, pero también a los mayores más explotados. Pues el joven se da por descontado que tiene que fastidiarse durante un mínimo de cinco años. Con suerte, si se dedica a la política, puede ser líder de un partido con menos de 50 años, como Pedro Sánchez, Albert Rivera, Pablo Casado y Pablo Iglesias. Y si es futbolista, y marca goles, se puede forrar con menos de 30 años.

El joven ha sido víctima de un invento letal: el becario. Sustituyó al alumno en prácticas. El joven no nace aprendido, piensan los empresarios. Pero el problema es que el joven cuando aprende es que aprende de verdad, y a lo mejor sabe más que el empresario y también puede montar su propia empresa. Pues el joven no debe esperar que siempre le solucionen sus problemas, como hacían papá y mamá cuando era chiquetito.

Hay jóvenes y jóvenes. Ni todos son ingenieros aeronáuticos, ni todos son ninis. Pero hay algunos que son unos fenómenos y otros que no saben hacer la o con un canuto, ni se esmeran por buscarse la vida. No se puede generalizar, sino ayudar a la juventud, como pide el Rey, y sin explotar.

Tampoco se debe olvidar que un gran problema de los jóvenes es que hace falta una política de natalidad en serio. Ningún partido defiende el baby boom, pero es muy necesario. Esa es otra deuda que España tiene con los jóvenes. Aprendan de Pablo Iglesias, que se ha tomado un buen permiso de paternidad. Fuera de la política también hay vida para el joven. Los jóvenes deben encauzar su futuro antes de ser viejos. Es lo que ha recordado el Rey. El tiempo vuela.

José Joaquín León