ES digno de compasión el papel que ejerce el portavoz socialista, Fran González, en el Ayuntamiento de Cádiz. Debe elegir constantemente entre susto o muerte. El susto es apoyar a la oposición del PP y Ciudadanos, con la que un sanchista como él no se debería asociar. Pero la muerte es apoyar al equipo de Podemos y Unidos, cuya incompetencia y falta de ideas conoce a fondo y padece de cerca. En la Fundación de la Mujer se ha vuelto a ver, en este duelo que ya es cansino. Pretendían quitar la vicepresidencia a María Fernández-Trujillo, de Ciudadanos, para devolvérsela a Ana Camelo, de Podemos. Como Fran conoce a las dos, sabe quién representa el susto y quién sería la muerte.

El portavoz del PSOE ha señalado dos cosas en las que tiene razón: Una, que María es la vicepresidenta, pero el presidente de la Fundación Municipal de la Mujer es José María González, no por ser un hombre, ni de Podemos, sino por ser el alcalde. Otra, que el alcalde no asume su responsabilidad en la Fundación, y no tiene ningún proyecto para avanzar en políticas de igualdad.

Pero lo más importante no es eso, sino que para quitar a María Fernández-Trujillo se parte de una mentira. Dice el alcalde González que Ciudadanos es “un partido que niega la violencia de género y la quiere circunscribir al ámbito doméstico”. Tanto Ciudadanos como el PP han reiterado que no van a retroceder en las políticas de igualdad, ni a dar marcha atrás contra la violencia de género. No comparten el discurso de Vox y lo han dejado muy claro. Conozco a María lo suficiente para saber que no es machista. Decir eso es una necedad. Utilizar a la mujer para buscar votos es bochornoso. No ayuda a su causa, pues hace falta el consenso de todos en materias tan sensibles.

También dijo que era para frenar a la ultraderecha en Cádiz. Eso no es una mentira, sino una parida. La ultraderecha no está todavía en el Ayuntamiento. Pero como la ley del péndulo funciona así, es posible que si le siguen dando la bola al extremo izquierdo también animen al extremo derecho. Podemos y Vox se alimentan mutuamente. Puede que no existiera el uno sin el otro. Ciertamente, hasta 2011, ni Podemos ni Vox pintaban nada en la política española. Han tenido fuerza cuando se debilitaron el PSOE primero y el PP después.

Eso influye en la izquierda, cuyo sentido común en Cádiz representa el PSOE a duras penas. Otro Ayuntamiento sería posible si el PSOE hubiera conseguido más votos que Podemos, como sucedió en las otras siete capitales andaluzas. Pero Cádiz es diferente.

José Joaquín León