EL caso del megayate Yas es rarísimo, un misterio auténtico. Estamos refiriéndonos a uno de los yates más lujosos del mundo, propiedad de un rico jeque árabe, Hamdan Bin Mohammed bin Rashid Al Maktoum, que se ha encariñado con Cádiz, a pesar de estar gobernada por anticapitalistas. El motivo de tanto cariño tampoco ha sido explicado. Pero el amor es así: pasión pura, que no atiende a razones, y se deja guiar por el corazón. En Cádiz han atracado barcos de ricos desde los tiempos del Descubrimiento de América, aunque desde el XVIII en adelante, cada siglo vienen menos. Este megayate no trae nada raro, parece, sino que lo dejan ahí, como parte del paisaje marinero gaditano en la temporada de invierno.

La primera vez que vino el megayate Yas fue en abril de 2017, y sólo estuvo una semanita. Entonces se explicó que fue en sus orígenes una fragata de guerra de la Royal Navy holandesa, que con el tiempo fue reconvertida en megayate en un astillero de Abu Dhabi. El interior es lujoso, para ricos de los más capitalistas que te puedas imaginar, para un jeque auténtico, como es el dueño. Tiene una gran suite debajo de una cúpula de cristal. En la popa hay  piscina y jacuzzi con una mini cascada y un helipuerto en la cubierta superior. Supuestamente, el megayate puede acoger a 60 invitados y está dispuesto para 56 tripulantes. En fin, que no es una barquita como las que se mecen en la Caleta durante la puesta de sol.

El jeque Hamdan Bin Mohammed bin Rashid Al Maktoum (que tiene nombre de personaje de El Yuyu o de estribillo de Paco Alba) no se manifiesta, más allá de las leyendas urbanas. ¿Dónde está el gachó? El barco vino para una semanita en abril, hace dos años, y ahora lo ha elegido como puerto para invernar. Según ha explicado Joaquín Benítez en el Diario, está buscando tranquilidad. Por eso, no permiten visitas extemporáneas, ni que ningún intruso se cuele hasta la cocina, como dicen los comentaristas deportivos, y de lo que ya hay precedentes. Así, pues, el Yas viene a Cádiz de riguroso incógnito, y a la vista de todo el mundo.

Es curioso que la Autoridad Portuaria ofreció que el megayate se quedara en el muelle de la Zona Franca. Quieren llevar a los ricos a la Zona Franca, que yo sepa, desde los tiempos de Rodríguez de Castro, pero al final no sé lo que pasa en la Zona Franca para que los ricos prefieran ir a otro sitio. En este caso, el megayate ha elegido el muelle ciudad, para practicar esa máxima del jeque: si te he visto no me acuerdo.

No se sabe por qué ha venido, ni por qué se oculta, pero pronto puede ser un gaditano como tú. El mar siempre es un misterio.

José Joaquín León