DESPUÉS dirán que el Carnaval tiene la culpa de todos los problemas de Cádiz, incluso que es la causa de la despoblación de la ciudad. Pues fijarse en la Universidad de Cádiz, lo que han montado en el Gran Teatro Falla. La UCA se ha sumado al COAC, coincidiendo con las primeras sesiones de preliminares. Tanto hablar de la I+D+i, la excelencia, los proyectos cofinanciados, los Erasmus, los no sé cuantos campus y demás, y al final terminan imitando al Carnaval. El acto de investidura de los nuevos doctores y la entrega de premios extraordinarios del Doctorado del Curso 2017-2018 fue una ceremonia de inspiración carnavalesca.

Empezaron con un pasacalles desde el antiguo Hospital Real hasta el Gran Teatro Falla por la plaza de Fragela, en el que participaron el claustro de la UCA, los 70 nuevos doctores y los 30 premiados. No hace falta recurrir a comparaciones odiosas para ver similitudes. En Fragela, habían colocado paneles con 32 expositores de los premiados y los títulos de sus tesis. Como si fueran las estrellas, pero con sus fotos.

Después, una vez dentro, como iban de claustro universitario, parecían un coro, debido al número de componentes con birretes, togas, mucetas y puñetas presentes en la sala. Sin olvidarnos de que van con diferentes colores, como los coros que comparten varios tipos. Los amarillos son los de Medicina, los más cadistas; y los rojos son los de Derecho, curiosamente. El aspecto del patio de butacas, también con birretes y demás en las primeras filas, era propio de una final. Sólo faltaban los plumeros.

En la ciudad de Cádiz... Comenzó el acto de la UCA con una interpretación de la Coral Universitaria, que entonó el Canticorum Jubilo y terminó con el Gaudeamus Igitur. Pero del mismo modo podrían haber interpretado el pasodoble del Vaporcito de Paco Alba y el tango de Los duros antiguos del Tío de la Tiza, pues no en vano en esa Coral Universitaria cantan personas de mucha categoría de esta ciudad, que incluso han ganado primeros premios de Carnaval en la modalidad de coros en el Falla.

Eduardo González Mazo dejará pronto de ser rector. Pero como él es muy gaditano, y eso no se lo discute nadie, se va a ir con un pelotazo debajo del brazo. Pues como tal debe valorarse este brillante y solemne acto que organizaron en la UCA, coincidiendo con el COAC. A los rectores les pasa como a los presidentes de los jurados, que les critican todo, pero unos funcionan mejor que otros. Eduardo, cuando termine, se podrá comer los churros en la Plaza.

José Joaquín León