HOY es Miércoles de Ceniza. Comienza la Cuaresma, pero en Cádiz no se acaba el Carnaval. El forasterío que llega en estos días se asombra de que el lunes sea fiesta local. Como el gaditano y la gaditana suelen salir derrotistas, alegres y festivos, se ha propagado la leyenda negra de que Cádiz está en horas bajas, y que aquí sólo viven viejos (mayores jubilados, quiero decir), y algunos jóvenes, casi todos parados. También deben vivir muchos carnavaleros, ya que de las 14 agrupaciones que participaron en la final del COAC había 13 de Cádiz y una de Sevilla. Esta era la de de ‘Daddy Cadi’, a la que le faltó menos de un punto para ganarle a la chirigota compuesta por Manolito Santander y José Manuel Sánchez Reyes. ¡Viva La Viña! ¡Y vivan las centésimas!

Así las cosas, el forasterío llega despistado para oír a Joaquín Sabina y se compra un pañuelito, como si aquí celebráramos los Sanfermines. Y, para colmo, preguntan por qué el lunes es fiesta local. Han oído que aquí no trabaja nadie, ni siquiera el alcalde Kichi, al que Juancho Ortiz calificó de flojo, sin más, y se le entendió todo. Pero en Cádiz viven personas que no son flojas. Algunos incluso trabajan en Carnaval.

¿Por qué nadie dedica un sentío pasodoble a los trabajadores de la limpieza? Esas pobres criaturas, que trabajan cuando otros duermen la mona, y van con sus escobas, sus mangueras y demás herramientas laborales, dejando la ciudad en su punto. El concejal Álvaro de la Fuente  se mostró contento porque el sábado de Carnaval recogieron más de 143 toneladas de basuras. Es decir, recogieron 143.700 kilos de basuras en un solo día. Esto supone más de un kilo de basura por cada persona empadronada en Cádiz, aunque debemos incluir al forasterío, a los que no están empadronados pero vienen a enguarrar, y excluir a los que huyeron a Grazalema aprovechando el puente.

En Carnaval también hay personas que trabajan en los bares y restaurantes, en los hoteles, en las tiendas de conveniencia (¿o son de inconveniencia?), en las tiendas de los chinos, en las tiendas de frutos secos, en los autobuses, en los trenes de Cercanías, en los catamaranes. En el tranvía de la Bahía no, porque lleva un año y medio de pruebas, pero algún día también trabajarán. ¿Y qué me dicen de las maquilladoras y maquilladores, peluqueras y peluqueros, etcétera? Sin olvidarnos de la Policía Local y las Fuerzas del Orden que velan para que no se desmadre el desorden. Puede que sea en Carnaval cuando hay más trabajo en Cádiz. El Carnaval es una mina.

José Joaquín León