RESULTA inexplicable que el Museo del Carnaval no está ya inaugurado en el palacio de Recaño. Según lo que se publica, todo el mundo se pronuncia a favor. El Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y el Gobierno central están dispuestos a colaborar para su apertura. Hay fondos en teoría aprobados para ese fin. El alcalde, José María González, organizó unos turnos de visitas, en los que él mismo ejerció como guía. Aunque allí no había nada, ningún museo.  El alcalde dejará el cargo dentro de dos meses, sin haber inaugurado el Museo del Carnaval. Ya se verá si los gaditanos le conceden cuatro años más de plazo, o no. Pero mientras se sigue hablando de este museo, se olvida el otro, que es el principal: el Museo de Cádiz.

La ampliación del Museo de Cádiz está pendiente desde el siglo pasado. Por el cargo de director pasó Juan Alonso de la Sierra, que organizó lo que pudo en 2012  para el Bicentenario, cuando vino la Constitución en su ejemplar original de 1812 desde el Congreso para ser expuesta en la antigua Casa de Pinillos. Ahí se perdió la gran oportunidad de ampliar el Museo de Cádiz, no sólo con la Casa de Pinillos, sino con las dependencias del Callejón del Tinte.

En el periodo de disputas por la ampliación, han gobernado en España el PP y el PSOE. En la Junta de Andalucía, que ejerce las competencias de Cultura y la titularidad del Museo, gobernaba el PSOE, que culpaba al Gobierno central del PP. Ahora ha variado la responsabilidad. Aunque la consejera, Patricia del Pozo, del PP, está aterrizando, de momento este asunto parece que no interesa, ni en la Consejería, ni en la ciudad de Cádiz, que se distrae con quimeras.

Las obras son imprescindibles para que Cádiz tenga el gran Museo que necesita. La apuesta por la Cultura como motor para recuperar el prestigio de la ciudad tiene aquí una piedra angular. Sin un gran museo es imposible que Cádiz alcance relevancia cultural. Piensen en Málaga, que apostó por los museos, con el de Picasso y las sucursales del Thyssen y el Centro Pompidou.

En Cádiz no se habla nada más que del Museo del Carnaval. Puede ser que a nuestros políticos les parezca lo más exquisito del mundo, aunque tampoco han sido capaces de inaugurarlo. Sin embargo, ese gran proyecto museográfico y cultural que Cádiz se merece, con la plaza de Mina como referente, sigue paralizado y en el olvido. Sería una pena, si no fuera una vergüenza para una ciudad que se dice culta,  cuando en realidad sólo está pensando en llenar los bares y que vengan más turistas.

José Joaquín León