ADVIERTO al principio que soy partidario de los centros históricos peatonales y que considero un despropósito permitir el tráfico en calles céntricas y estrechas, concebidas para otros usos en otros tiempos. Pero en el caso de Cádiz hay que tener cuidado para no convertir la virtud en defecto. Al equipo de gobierno municipal de Unidas y Podemos le ha dado la picá por la peatonalización, que me parece bien, pero no se puede hacer a las bravas sin reparar las consecuencias. Un ejemplo es la zona de Argüelles y la plaza de España, donde han dejado unas obras feas y de dudosa utilidad, que presentaron como si fueran maravillosas.

Como los concejales de Cádiz son gaditanos, deben saber que la plaza de España no es apacible para que jueguen los niños. No es tan fina como la plaza de Mina, ni siquiera es como San Antonio, una plaza sin sombras y con un parking subterráneo, pero que está en un sitio estupendo. En Cádiz soplan los vientos con relativa frecuencia, por lo que las zonas de ocio en territorios de ventoleras sólo tienen sus buenos días y sus momentos oportunos. No equivocarse.

En España hay ciudades más turísticas y más monumentales que Cádiz, algunas mal planteadas para el tráfico. En Toledo circulan coches por la calle Alfileritos, que es estrechísima. Pero la alternativa de prohibir el tráfico en todo el casco antiguo, en una ciudad histórica, puede implicar que se queden incomunicados cientos de vecinos y de turistas. Por lo cual las prohibiciones se deben combinar con algunas excepciones. Entonces se llega a la semipeatonalización, que es el modelo de otras ciudades.

Martín Vila debe pensar que se va a cargar el Cádiz histórico si convierte todo el casco antiguo en un lugar inaccesible para los vehículos, y si elimina todas las plazas de aparcamiento en una ciudad donde hay una grave carencia y precios altos en los parkings subterráneos. Son unas condiciones ideales para que la gente se pire. Y como en Extramuros tampoco abundan los pisos, ni son baratos, favorece más despoblación.

En el Cádiz histórico viven muchas personas mayores. No pueden pretender que señoras y señores de ochenta y tantos años se desplacen en bicicleta. Y si quieren repoblar con familias jóvenes, tampoco se puede crear reductos inaccesibles. Este es un asunto muy serio. Excede los intereses de políticos que no piensan las consecuencias, y actúan por criterios acomplejados de manual verde. Hay que entender que Cádiz es Cádiz. No es Madrid, ni es Villanueva del Trabuco. Hay que actuar en gaditano.

José Joaquín León