ALGUNAS personas mal informadas piensan que el dinero de la Seguridad Social se fabrica solo. O que a Mariano Rajoy le han regalado una hucha llena de billetes de 500 euros, y él va dando las órdenes, y va diciendo: “Ahora a sacar”; o bien: “Ahora a meter”. Aunque la verdad es que ya no mete nada, pues no están los tiempos para eso. Y, al final, vemos lo que pasa, que la ministra Fátima Báñez dice: “No preocuparse ahí, que las pensiones están aseguradas”. Y la buena gente la cree, que es lo peor. En Cádiz este es un problema que inquieta. Dentro de pocos años, seis de cada siete gaditanos serán pensionistas, y el otro quizá también.

En esas estamos, cuando ha aparecido el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, diciendo que para garantizar el tinglado de la Seguridad Social se debe incentivar la edad de jubilación por encima de los 67 años. Sin precisar. En el futuro tal vez sea a los 68, o a los 70, o a los 80, cualquiera sabe. En otros países se está vinculando a la esperanza de vida. Se intuye el peligro: si no has fumado, te has cuidado, estás hecho un pincel o una brocha fina, y tu abuela ha fallecido a los 105 años, tienes muchas papeletas para jubilarte a los 80 años. Excepto que algún vehículo te atropelle antes; o que llegue a Cádiz otro maremoto, y no saquen el estandarte para ahorrarse el azulejo porque son ateos.

Nada de derrotismo. Los mayores y las mayoras (antes se decía los viejos y las viejas) de ahora tienen garantizadas sus pensiones, con las que mantienen a sus hijos, sus nietos y sus bisnietos, entre otros y otras. Pero los mantenidos lo llevarán claro, si creen que podrán hacer lo mismo. Cuando se jubilen a los 80 años puede ocurrir que la hucha esté vacía, o la hayan vendido de segunda mano en el baratillo.

Sin embargo, también hay que ver el lado bueno de la vida. Si ustedes se jubilan a los 80 años, tendrán algunas ventajas indiscutibles. Por ejemplo, no hacer los mandados ni las mandadas. Por ejemplo, no llevar a los nietecitos y a las nietecitas al colegio. Por ejemplo, no hacer de canguro gratis, incluso en los días laborables, porque todos sois trabajadores. Por ejemplo, no ser controlados a todas horas, que si estás en el bar, en la plaza, o donde sea. Por ejemplo, podrás jugar al fútbol o al pádel, en vez de practicar el dominó o taichi.

Y lo mejor de todo es que ya no dirán que Cádiz está lleno de pensionistas, sino de personas que trabajan. Sólo falta un detalle: lo que nadie ha explicado aún es dónde van a tener trabajo a los 80 años.

José Joaquín León