EL Brexit duro puede tener consecuencias incalculables en Gibraltar y su cercana comarca. Aunque les molesta reconocerlo, gran parte del milagro económico gibraltareño procede de su singularidad como paraíso fiscal y nido de casas de apuestas. En total, esas actividades supondrían en torno al 50% del PIB gibraltareño. Es difícil saberlo, a causa de la opacidad. Se calcula que las casas de apuestas ofrecen 3.200 puestos de trabajo (de un total aproximado de 26.000). Un Brexit duro podría originar una migración masiva a otros territorios europeos, como Malta, que ya ha conseguido el traslado de Bet365. Aunque también Ceuta y Melilla están haciendo sus pinitos, a ver si les toca algo en ese reparto, si lo hubiere.

La mudanza de Bet365, empresa líder del sector de juego online, se dio a conocer recientemente. Puede suponer la pérdida de entre 600 a 1.000 empleos en Gibraltar. Han ofrecido traslados a los trabajadores. Pero, evidentemente, si vives en La Línea, no es lo mismo ir a trabajar a Gibraltar que a Malta. Para frenar la alarma creada, el Gobierno del Peñón anunció la instalación de otra empresa de apuestas deportivas, Virgin Bet. Intentaban compensar el traslado y calmar los miedos ante un riesgo de fugas por contagio. Sin embargo, no es lo mismo, ya que esa casa de apuestas se centraría en el territorio británico, mientras que la fugada opera en los países europeos, incluida España, de ahí su importancia.

Con Gibraltar existe una candidez abrumadora. Se suele elogiar que es una economía dinámica, mientras que en el Campo de Gibraltar (donde están el mayor puerto del sur de Europa, industrias como Cepsa, turismo de lujo y golf) sólo vivirían parados. Sin embargo, esquivan las singularidades de la Roca, como paraíso fiscal y epicentro de apostadores. Esas compras y ventas de partidos de fútbol, con el caso de Raúl Bravo y compañía, que tanta hipocresía provocan en España (¿a quién le sorprende que amañen partidos?) se basan en las apuestas. Asimismo están creando una nueva generación de ludópatas, gracias a la publicidad en los canales de televisión que manejan los concesionarios de la LFP.

El Brexit duro parece inevitable con Boris Johnson. Hará que se tambaleen muchos tópicos. Hay que ser previsores y calcular las consecuencias que puede originar en el entorno. Gibraltar mantiene singularidades al filo de lo imposible, que no serán toleradas de igual modo cuando salgan de la Europa Unida. Puede que entonces las teorías sobre la cosoberanía sean revisables.

José Joaquín León