LAS cosas que pasan en Cádiz sólo ocurren aquí. Una vez más, se notó claramente en la entrega del Premio Emilio López, celebrada la noche del martes en el Baluarte de los Mártires. El premio de Emilio López finalmente se lo llevó a su casa Emilio López. Una singularidad que merece explicación. Porque el premio que honra la memoria del inolvidable periodista del Diario había sido concedido a la chirigota ‘La maldición de la lapa negra’, de Manolo Santander y José Manuel Sánchez Reyes. La gran ovación de la noche se la llevó el ausente Manolo Santander, que no pudo acudir por enfermedad, por lo que recogió el premio Sánchez Reyes, que fue compañero de Emilio en sus últimos años del Diario. Pero entonces José Manuel dijo que Manolo quería que el premio se lo quedara como recuerdo el caja de su chirigota, que es Emilio López Vázquez, el hijo de Emilio, que recibió allí el traspaso de poderes. Y fue así, de mano en mano, como el premio de Emilio López se lo quedó Emilio López.

Digo que estas cosas sólo pasan en Cádiz porque yo no me lo imagino en Helsinki ni en Oslo. Allí les faltaría encaje caletero. No me los imagino rematando la faena, cantando a coro el himno oficioso del Cádiz, compuesto por Manolo Santander. Porque el himno nacional del Cádiz sí que tiene letra, y termina con la palabra cojones, nada menos. Estas cosas pasan en Cádiz porque aquí la gente es lo que ahora se denomina transversal. Es decir, que el gaditano y la gaditana auténticos aparecen por aquí y por allí, por donde menos te lo esperas, mayormente por todas partes. Y así Emilio López Vázquez, el hijo de Emilio, ha llevado a la praxis las pasiones gaditas sobre las que escribió su padre, y es el mejor caja del Carnaval de Cádiz (opinión personal), además de haber prodigado su arte como mayordomo de la cofradía de Jesús Caído.

Ahora que tanto se habla de dónde empiezan la cultura y las fiestas en Cádiz, en esta familia que formaron Emilio López y Ascensión Vázquez se encuentra la respuesta. El hijo, Emilio, ejerce la faceta más popular y festiva, mientras que la hija, Ascensión López Vázquez, es historiadora, ha participado en importantes congresos, y te puede dar una conferencia sobre acontecimientos gaditanos de los siglos XVIII o XIX.

Por eso, las cosas que pasan en Cádiz sólo ocurren aquí. A pesar de los pesares, y de lo que estropea el tiempo, a veces nos encontramos con momentos irrepetibles, como ver a nuestro recordado Emilio reflejado en otro Emilio, y en su familia, que como las verdaderas familias es sagrada.

José Joaquín León