ES muy justa y necesaria la iniciativa para que el Ayuntamiento de Cádiz organice una nueva consulta popular. La pregunta sería: “¿Cree que se debería prohibir que los ciudadanos y las ciudadanas fumen en las playas gaditanas?”. Y someterse a las consecuencias. La iniciativa ha partido de Nofumadores.org, una entidad que preside Ubaldo Cuadrado, y que se ha fijado en el modelo de Vigo, donde el Ayuntamiento que preside el socialista Abel Caballero lo ha planteado. En Cádiz no gobierna un alcalde socialista desde hace 24 años (pronto van a cumplir las bodas de plata) y será nuestro Kichi quien deba afrontarlo. Apostando por la participación popular. Así como se cargó las barbacoas, podemos acabar con las colillas.

Entiendo que eso no tiene nada que ver con el anticapitalismo, sino más bien con el ecologismo y la salud pública. Es cierto que las tabaqueras suelen ser empresas multinacionales, pero en tal caso también deberían prohibir las coca-colas en la playa, lo que me parece demasiado para el cuerpo. El argumento es el mismo de las barbacoas. Lo pensé tras la noche de San Juan, cuando dejaron la playa de Riazor en A Coruña y las de la costa levantina en un estado cochambroso, muy superior al que ofrecía la playa Victoria tras un sábado de barbacoas. ¿Y quién dejó las playas hechas un asquito? Algunos de esos muchachitos y muchachitas son los mismos que se manifestaron contra el capitalismo que se está cargando el planeta. Quieren un mundo mejor. Pero algunos echan porquerías en la arena, a punta pala. Pues bien, predicad con el ejemplo.

La consulta es necesaria. ¿Estamos preparados para erradicar las colillas, así como el humo del tabaco y los porritos? Se debería prohibir, si se aprueba, desde Cortadura a la Caleta, ambas inclusive, pasando por La Victoria y Santa María del Mar. A no ser que admitieran una zona de playa para fumadores. Ya la hay para perros en Campo Soto. Playas temáticas, a la carta.

En el estadio Carranza también se debe prohibir. A veces resulta que te fumas de rebote el puro habano del espectador de al lado. Sin olvidar que el puro habano, tan del gusto de Fidel y los viejos comunistas, se está perdiendo, a pesar de que no es capitalista. En el fondo (y en preferencia y en tribuna), el humo del tabaco es un incordio, pues se supone que vas a ver al Cádiz, y no a comprar papeletas para un cáncer de pulmón. Por no hablar de otros humos.

A las urnas, gaditanos, a las urnas... Aunque estas cosas ya se votan sin urnas, por Internet, donde nadie nos ve.

José Joaquín León