NADIE lo ha entendido, pero el Ayuntamiento de Cádiz, o el Patronato, o quien controle esto, se ha apuntado un tanto: han organizado una final del Carnaval para chinos. ¿Ustedes no se quejan de los horarios demenciales de los partidos de fútbol? Pues esto es igual. Era para que lo vieran los chinos. Yo lo entendí cuando mi hijo Pablo, que vive en China y trabaja en Shanghai (pero no se queja), empezó a guasapear enviando opiniones sobre la final. Se levantó a las seis de la mañana y la vio casi entera, con un horario de lo más cómodo. Cuando terminó esta final, en China eran las cuatro de la tarde y ya no tenían ganas de dormir la siesta.

Ahora se comprende mejor. Por ejemplo, la antología republicana era para que hicieran de teloneros en la primera hora. Tras un repertorio curioso, terminaron con una copla que se remataba con un “¡Viva el Frente Popular!”. Este Frente Popular no se debe confundir con el Partido Popular, ni con los populistas de Maduro el de Venezuela, sino que a los de ese Frente les atraía más el Moscú de Lenin. Como los chinos ya tuvieron a su Mao, eso les interesaba menos.

Lo mejor de la noche para mi gusto fue la emotiva despedida de Antonio Martín, con el Caracol a tope, y todos los históricos. Los chinos no saben donde está la plaza de la Cruz Verde, pero entendieron que la comparsa ‘Ley de Vida’ merecía estar en la final por derecho, sin invitaciones. Pues suena a comparsa, precisamente. Los chinos terminaron cantando “Caleta, Caletaaa…”. Aunque algunos se pusieron una careta.

Es que los chinos no entienden todo. Y les resulta más fácil pronunciar Manolo Casal o Paz Santana, que Barragán o Manzorro, esto es así. Tampoco Rivero es un apellido de los más fáciles, aunque disfrutaron con el triunfo del coro de Luis porque había algunos disfrazados de chinos, más de bazar chino de aquí que de los castizos de allí. Muy merecido el premio, ganado a pulso.

Los chinos desayunaron churros de los suyos en el primer descanso y almorzaron en el tercero, ambos ideales para sus horarios. Los chinos ya están pensando en contratar a Manolito Santander, el del amarillo, para sus fiestas patronales. Los chinos se extrañaron cuando vieron al alcalde de Cádiz disfrazado, no saben que se disfraza muchos días. Los chinos se enteraron de que en la ciudad de Cádiz le dieron los premios a los irracionales que viven en ese planeta rojo, como es normal. Antes de acostarse, vieron que tienen un pregonero majara. Cualquier año vendrá un coro de Shanghai, cantando como si fueran de Cai.

José Joaquín León