ENTRE las novedades del equipo municipal de Cádiz, que comanda nuestro alcalde Kichi, una de las que ha causado expectación es la concejala de Cultura y Fiestas. La unificación es un acierto. A eso se suma que ejerce este cargo Lola Cazalilla Ramos, licenciada en Historia del Arte. Es decir, una señora que tiene una carrera terminada, aunque es nueva en la política. Algunos que ya la hemos saludado coincidimos en que no parece de Podemos. Esto se puede interpretar como un elogio (que es como lo planteo), o como una crítica. Pero en modo alguno quiero poner a los indignados de los sueldos en contra desde el minuto 1. Me refiero a que parece una concejala de verdad.

En la web de Adelante Cádiz, que consulto en ocasiones, se explica que Lola Cazalilla Ramos “actualmente cursa Máster en Educación Secundaria y Bachillerato en la Universidad de Cádiz. Desde enero de 2014 hasta septiembre de 2017, vivió ocho meses en Indonesia, dos años en Australia y uno en Canadá. Fue colaboradora en la revista digital QuéAprendemosHoy, donde redactó artículos mensuales sobre Historia del Arte”. Esos casi cuatro años que ha vivido fuera le habrán dado experiencia internacional. Al menos para saber que Indonesia, Australia y Canadá no están en Europa. Es curioso, pero jamás ha venido al Falla una chirigota de ninguno de esos países.

Sería deseable que corrija los errores anteriores. Yo creo que el Carnaval, la Semana Santa, el Corpus, los Juanillos, los Tosantos y la Navidad son fiestas, cada cual con sus peculiaridades: unas religiosas, otras profanas. Tienen  matices culturales, pero no son lo mismo que las Bellas Artes. Sin embargo, carecía de sentido separar las fiestas para que Cultura controle la Semana Santa.

Más aún si se daba el caso de que la anterior concejala de Cultura, Eva Tubío, pasaba olímpicamente. Como si no se la hubieran encomendado a ella. Una representación del Consejo de Hermandades, con su presidente, Juan Carlos Jurado, ya se ha entrevistado con Lola Cazalilla y le ha pedido que participe en los actos institucionales. Entre los que debe incluir algunas procesiones. Espero que la concejala no defraude y acuda a lo que debe acudir, según sus responsabilidades. Al menos por cortesía y por educación, dos cualidades que tiene.

Yo le dije al alcalde, en un acto donde coincidimos, que este cambio de concejala había sido un acierto. El señor González sonrió, seguramente porque sabe que es verdad. Peor era casi imposible. La cultura gaditana se estaba perdiendo.

José Joaquín León