SERÍA un gran error colocar a la Universidad de Cádiz en el debate político. Existe cierto paralelismo con lo que sucedió en el Ayuntamiento gaditano, cuando entró Kichi como alcalde y relevó a Teófila Martínez. La anterior alcaldesa se había caracterizado por una gestión basada en proyectos, que podrían gustar más o menos, pero que han quedado para la posteridad. El Ayuntamiento no realizó el soterramiento, ni construyó el segundo puente; pero es obvio que sin su impulso y patrocinio Cádiz tendría todavía el muro del tren dividiendo Puerta Tierra y un solo puente con atascos. En la UCA termina un rector, Eduardo González Mazo, caracterizado por su gestión. Y entra otro, Francisco Piniella, cuyo primer discurso ha recordado en parte a los de Kichi, a cuya compañera Teresa aconsejó votar en unas elecciones.

Cada cual tiene sus ideas políticas, y me parece muy bien. Pero la Universidad no es el Ayuntamiento. La Universidad debería estar por encima de los partidos. Eduardo González Mazo, en eso, ha sido ejemplar. Sonó para un cargo del PSOE, incluso como candidato a la Alcaldía, antes de ser confirmado Fran González. Después lo situaron como candidato independiente de Ciudadanos, hasta que fue designado Domingo Villero. Otros decían que era más afín al PP y lo disimulaba. Eduardo se movía por terrenos políticos céntricos, pero sin partidismos, y sabiendo tratar a la izquierda y la derecha. Porque no estaba para hacer política, sino para gestionar la UCA.

Seguro que Francisco Piniella tiene también ese propósito. Pero, además de tenerlo, lo debe parecer. Como catedrático de Ciencias Náuticas que es, en su discurso dijo que aspira “a llevar la nave de la UCA a un puerto seguro en la Europa de los pueblos, no la de los mercaderes”. Como si estuviera leyendo el breviario de los anticapitalistas.

También es de libreto el pasodoble a los ingenieros emigrantes y el tango a los estudiantes que tanto quiero. Se entiende que los alumnos van a estudiar y aprender lo que les enseñen sus profesores, aparte de que tengan un voto ponderado en las elecciones a rector. Se entiende que Piniella aspira a asumir las reivindicaciones de los diversos colectivos, y a ser exigente con el poder. Pero cuidado: a la UCA no le hace falta para nada el populismo, que para eso ya tenemos al profesor en el Ayuntamiento.

Por el contrario, le hace falta una gestión que afiance los logros de González Mazo, que culmine proyectos pendientes, y que trabaje para que la Universidad de Cádiz esté entre las mejores de España.

José Joaquín León