HOY es 24 de julio, un día que cuenta con una calle en Cádiz. Está en San Severiano y no tiene salida, pero sí mucho movimiento, ya que allí se encuentra la puerta del colegio Argantonio. Los nombres de calles con fechas provocan cierto repelús. En los tiempos de Franco era habitual dedicar calles al 18 de julio o al 1 de abril, como si la guerra civil fuera para celebrarla. Es curioso que la calle gaditana del Veinticuatro de Julio ha perdurado, sin que la mayoría de los gaditanos conozcan su origen. Algunos suponen que es franquista, ya que el 24 de julio de 1936 Francisco Franco fue nombrado general jefe del Ejército de Marruecos y el Sur de España, al tiempo que el general Emilio Mola fue nombrado jefe del Ejército del Norte. Pero el nombre de la calle no viene de ahí. Tranquilo, Martín Vila, tranquilo.

Existen al menos dos versiones sobre el origen de la calle Veinticuatro de Julio, que antaño fue conocida como Callejón de los Romanos, por unas excavaciones. Una versión indica que el nombre está relacionado con la fecha de inauguración del astillero de Vea Murguía, el 24 de julio de 1891, que fue el embrión de los Astilleros Españoles. Sin embargo, otros autores lo niegan y lo relacionan con la creación de la sociedad cooperativa del Gas en Cádiz, que tuvo lugar en el siglo XIX, pero unos años antes, el 24 de julio de 1886, cuando presidía el Ayuntamiento Enrique del Toro. En la explosión de Cádiz de 1947 hubo víctimas que residían en esa calle. Después le han mantenido el nombre, hasta llegar a nuestros días.

Sin embargo, hay una alternativa que me parece mucho mejor para cambiarle el nombre a la calle, que actualmente resulta confuso y poco glamuroso. Sería dedicársela a José Manuel García Gómez. Fue uno de los poetas más importantes de la posguerra en Cádiz. También fue el fundador del colegio Argantonio, que en 2020 cumplirá sus primeros 50 años. Además, García Gómez fue un activo defensor del patrimonio gaditano en tiempos difíciles y se opuso eficazmente a proyectos demenciales que se barajaron en los años 50, como derribar el Arco de la Rosa y construir un nuevo barrio de Santa María, atravesado por una avenida, con calles anchas y con edificios más altos.

En la meritocracia de las calles gaditanas, José Manuel García Gómez aporta más fundamentos que algunos a quienes se las han dedicado. Pero no se trata de establecer competencias, sino de aprovechar la oportunidad para dedicarle la calle donde fundó el colegio Argantonio, en el que se han formado cientos de gaditanos.

José Joaquín León