EN la ciudad de Cádiz, las cosas se hacen por rachas. Pasa con los alcaldes y con los negocios. Con los alcaldes, eligen a uno, supongamos a Carlos Díaz, y lo dejan ahí 16 años. Después le toca a otra, supongamos a Teófila Martínez, y la dejan ahí 20 años. A continuación le toca el turno a José María González, más conocido como nuestro Kichi, y lo dejarían ahí…24 años. Si no fuera porque él se conforma sólo con ocho y el resto se lo entrega a los necesitados, como el sueldo. Pues con los negocios, igual. Empezaron a poner supermercados en Cádiz, y ahora no paran. Raro es que no hayan abierto un supermercado en el Ayuntamiento o en la Diputación.

Las modas son muy repetitivas. En Cádiz hay una originalidad que no se puede aguantar. Empezaron a poner bares y no paran de abrir nuevos bares. Esta moda todavía no ha terminado. Cogieron la calle Plocia y la llenaron de bares. Cogieron la Plaza y la llenaron de bares con la excusa del mercado gurmé. Cogieron la plaza de San Juan de Dios y les ha dado tiempo hasta de abrir y cerrar bares, aprovechando que ya no está el Pedrín. Y la calle Nueva, a llenarla de bares, como la calle Zorrilla...

Pero no sólo bares, que conste. Empezaron a abrir peluquerías de señoras y a casi todas las señoras se les ocurrió abrir una peluquería. Empezaron a abrir barberías de caballero (como las que había en la calle Nueva antaño, pero poniendo Barber Shop) y a casi todos los caballeros parados se les ocurrió abrir una barbería. Se les ocurrió abrir tiendas de cigarrillos electrónicos y hubo varios desdichados que se arruinaron invirtiendo sus ahorros con los cigarrillos electrónicos. Antes les pasaba a los futbolistas con las tiendas de deportes.

Ahora estamos en el momento supermercado. ¿Se acuerden ustedes del acontecimiento que fue Hiper Cádiz? ¿Y cuándo el Super Sol del estadio Carranza? ¿Y cuándo decían que Antonio Muñoz se había forrado? ¿Y cuándo iban a montar el primer Mercadona? Parecía que Mercadona era el bienvenido de míster Marshall, en vez de míster Roig. Ya hay en Cádiz dos Mercadonas y dos Lidl, y no se sabe cuántos Carrefour Express. Por no hablar de El Jamón, una empresa de Lepe que se comió una empresa gaditana.

Lejanos quedan los tiempos ultramarinos, de los almacenes de montañés. A casi todos los montañeses se les ocurría lo mismo. Fueron los pioneros. Y lo más llamativo es que Cádiz pierde habitantes, pero gana supermercados. ¿Comemos más, desde antes de la listeriosis? Es un gran misterio.

José Joaquín León