LOS consejos para el nuevo carril bici de Cádiz se resumen en dos: no vayan a lo loco y dadle un repasito. La historia de estos carriles en Andalucía, en general, y en Cádiz, en particular, viene de los tiempos de Izquierda Unida en la Junta. Aprovechando que somos Europa, y que en Bruselas tienen una mentalidad cercana a Ámsterdam y a Berlín, se les ocurrió llenar el sur de bicicletas. Como buenos ecologistas, los de IU colaboraron entusiasmados. Hubo un tiempo de gobierno de coalición del PSOE e IU en la Junta, en el que Elena Cortés consiguió la Consejería de Fomento. Entonces Martín Vila ya era de IU. Entonces intentaron convencer a Teófila Martínez para que llenara Cádiz de carriles para bicis. Pero sólo le dio tiempo de anunciarlo en las pantallas LED y en una web especial que creó el Ayuntamiento.

Cuando llegó Martín Vila a la primera tenencia de Alcaldía, entró con hambre de carriles. Hasta entonces Kichi no había sido muy de bicicletas, pero como no tenía nada mejor a mano, se pusieron a la obra. Pagaba la Junta y presumían ellos. Parecía que la prioridad sería parar los desahucios, pero la prioridad ha sido para cargarse los aparcamientos y fomentar el carril bici. En unos barrios  gustado más que en otros.

Y vuelvo a los consejos. Primero: No vayan a lo loco. Están tirando palante con frenesí, pero no olviden un detalle, que es el futuro mantenimiento de esos carriles. En Cádiz, los carriles construidos en los tiempos de Teófila oscilaban entre los del paseo de la Paz a Puntales (que era el mejor, el carril VIP, hasta que se lo han cargado poniendo encima los puestos del Piojito) y el de la Avenida del Soterramiento (que era el peor, pues consta de dos brochazos en la acera). La otra forma de verlo es la actual, a imitación de Sevilla, donde han construido más de 180 kilómetros de carriles en la ciudad y ahora no tienen dinero para mantenerlos. Diez años después, una amplia parte de la red  está de pena. Aquí puede pasar igual.

Segundo consejo: dadle un repasito. Es decir, lo que han construido tiene fallos. Se puede ver haciendo el recorrido en bicicleta. Algunos carriles incluyen transbordos por pasos de cebra o semáforos, como en el paseo Carlos III y las cocheras de la Zona Franca. Otros cruces tienen unas curvas y cuestecillas que son de pellejazo casi garantizado. Por no hablar del Paseo Marítimo (tramo Hotel Playa a Cortadura), donde el carril es etéreo y se interpreta a lo amplio; o la supresión de aparcamientos a destajo. Hay aspectos muy mejorables, que necesitarían una revisión a fondo.

José Joaquín León