SOY uno de los convencidos de que el Carnaval y la Cuaresma proceden del mismo árbol del bien y del mal. Por lo cual se fundamentan en el calendario de las fiestas de origen cristiano. Por lo cual no hay necesidad de rasgarse las vestiduras, ni buscar enfrentamientos, que tienen un origen exclusivo, excluyente y de un dogmatismo mal entendido. Tras el Carnaval, llega la Cuaresma, que en Cádiz dicen que tiene una semana menos que en el resto del mundo. O dos, si se consideran los Jartibles del próximo domingo. Por eso, es bueno que hoy se reconduzcan los tiempos, con el vía crucis de las hermandades, en el primer lunes de Cuaresma.

Por celebrar mejor estos días cuaresmales, y apartarse de las malas tentaciones (como la carpa), muchos cofrades gaditanos emigraron el primer viernes de marzo a Sevilla. Vamos que yo me encontré a varios, y cualificados, cuyos nombres omito bajo el secreto del antifaz penitente, que no es como el otro. Sin embargo, a partir de hoy, la Cuaresma sale a las calles gaditanas, con el vía crucis. Este año con el Señor de la Cena, que será trasladado en andas desde Santo Domingo a la Catedral. En Cádiz, todo lo que no sale a la calle es como si no existiera. Por eso hay que salir de vez en cuando.

En Sevilla y en Jerez también se organiza el vía crucis general de las hermandades el primer lunes de Cuaresma. Sin embargo, en Cádiz, durante algunos años, existió la teoría y práctica de que era mejor organizarlo el segundo lunes, cuando el ambiente está como más desintoxicado del Carnaval. El Consejo corrigió ese error. No se ganaba nada (ni siquiera tiempo) con aplazarlo al segundo lunes, sino que se acentuaba esa impresión general de que en Cádiz la Cuaresma dura un mes, mientras que en el resto del mundo son 40 días y 40 noches.

El vía crucis se reza en el interior de la Catedral. Por las calles, tanto a la ida como a la vuelta, lo que vemos es un traslado en andas. Este es un acto para seguirlo, no sólo para verlo. Los regresos suelen estar poco concurridos, por lo que este año se ha anticipado. Un lunes de principios de marzo, en horario nocturno con tiendas cerradas, las calles de Cádiz no suelen estar abarrotadas. Pero el nivel verdadero de la participación se mide dentro de la Catedral.

La Cuaresma es un tiempo de penitencia para los creyentes y de conversión para quienes dudan. A otros les dará igual. Además, tiene unos ritos y unas tradiciones que forman parte de nuestra historia. Cádiz no debe renunciar a conmemorarla, ni debe minimizar su Cuaresma.

José Joaquín León