EL Oratorio de San Felipe Neri acogerá hoy un homenaje a José Pedro Pérez-Llorca, que ha sido organizado por el Grupo Joly. El acto contará con la presencia de Meritxell Batet, presidenta del Congreso de los Diputados. No se trata de un acto protocolario más, en recuerdo del político gaditano. Coincide con un momento en el que el país está confuso, muy ajeno a los valores que supo encarnar Pérez-Llorca cuando era más necesario. Siempre se le recuerda como uno de los padres de la Constitución. Precisamente ese texto ha sido la garantía de que España no se rompa, y lo sigue siendo, a pesar de las diferencias entre izquierdas y derechas.

El principal legado que nos ha dejado José Pedro Pérez Llorca es su ejemplo. Nació en una familia gaditana muy conocida, más relacionada con la medicina que con la política. A su casa familiar de la Alameda acudían muchos gaditanos para graduarse la vista y otros problemas de salud. En esa familia, nacieron dos hermanos que tuvieron protagonismo político en la Transición: José Pedro con UCD y Jaime con el PSOE.

José Pedro, que se mudó a Madrid para ejercer su profesión de abogado, fue diputado del Congreso y ministro con Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo, en las carteras de Presidencia, Administración Territorial y Asuntos Exteriores. Aunque su fama política se consolidó al ser uno de los padres (principales) de la Constitución de 1978, que es la vigente, a pesar de las amenazas.

Su hermano Jaime, que siguió la tendencia familiar de su padre, trabajó como oftalmólogo en Cádiz, y fue uno de los refundadores del PSOE y la UGT en la ciudad. Ocupó cargos en el partido. Ejerció como parlamentario andaluz y como senador. También sonó como candidato del PSOE a la Alcaldía de Cádiz en 1979. De hecho, se rumoreaba que la candidatura de Carlos Díaz surgió como una tercera vía alternativa.

Un hermano fue político de UCD y otro del PSOE. En la familia Pérez-Llorca nació uno de los padres de la Constitución. Y nos dejó la enseñanza de que los pactos de Estado se deben basar en aceptar a los contrarios para buscar puntos de encuentro. En estos tiempos vemos que el legado de la Transición, en el que tanta relevancia tuvo José Pedro Pérez-Llorca, se olvida. Predomina el interés personal, incluso con fórmulas políticas cuya utilidad parece imposible, y cuyo futuro está condenado al fracaso.

Además de homenajear a José Pedro Pérez-Llorca, sería necesario profundizar en su legado, y apostar de nuevo por una España reconciliada y para todos.

José Joaquín León