UNA vez más, comprobamos que la política española imita al Carnaval de Cádiz. La gente de por ahí (los que consiguen las entradas por Internet, sin disfrutar una cola de categoría y con sus broncas) está confundida. La gente cree que Vera Luque, pongo por caso, hace una chirigota con los ministros de Rajoy para criticarlos y burlarse de ellos y ellas. Pero es al revés: Rajoy montó un Gobierno, con esos ministros, para que Vera hiciera una chirigota. La gente está esperando, para el año que viene si Dios quiere, que un autor afamado saque otra chirigota con el nuevo Gobierno. Pues no se ha conocido ninguno (ni de derecha, ni de centro, ni de izquierda) que no sea achirigotado y chirigotable. Pero la gente se puede quedar esperando. Pedro Sánchez ha conseguido algo mejor, un pelotazo: el cuarteto ‘El vicepresidente llorón y tres vicepresidentas del montón”. O sea, el cuarteto vicepresidencial.

Sánchez se fija en Cádiz. Ha colocado en el Gobierno a dos diputados de la provincia. A Juan Carlos Campo le podía pedir ese favor, para gloria de Dolores Delgado (Lola, según el comisario Villarejo), que ejecutará altas misiones en la Fiscalía. Pero considerar gaditano como tú a Fernando Grande-Marlaska es una pasada. Hoy en día cualquiera puede ser gaditano. Basta con que saques de paseo a tus perros, te vayas en verano a Costa Ballena (Rota) y te des una vueltecita por el Campo de Gibraltar, como en los tiempos del estraperlo. Que, por cierto, no han terminado, para qué nos vamos a engañar, si por allí entra de todo.

Pero lo más gaditano del presidente Sánchez es el cuarteto de las vicepresidentas y el vicepresidente, al que no hay que olvidar, con el trabajito que le ha costado. Pablo Iglesias estaba loco por ganar un premio en la Moncloa, y el presidente ha reaccionado, y pensó: “Pues ahora te vas a enterar, pichita”. En realidad, eso no lo diría así, pues es feminista. Dijera lo que dijera, montó un cuarteto. Y puso como vicepresidentas a Carmen Calvo, Nadia Calviño y Teresa Ribera, cada cual con sus atribuciones, que se resumen en una: taponad al de la coleta, blam, blam.

La gente espera que el Morera, algún año, o los Niños disfrazados de niñas, o algún otro, saque un cuarteto que recuerde a estas y este. Si lo saca el Gago, la gente diría que se le ha ocurrido al Cossi, que es concejal del PP y se le ve el plumero. Como se les verá a otros, pues el plumero es un arma cargada de futuro carnavalesco. Podemos añorar que el Peña y el Masa ya no estén en el escenario, sino en lo más alto del paraíso. Con este cuarteto hubieran triunfado.

José Joaquín León