SE ha confirmado que Cádiz no era una isla, ni dos, sino un archipiélago. Como las Canarias y las Baleares, aunque las Gadeiras no llegaban a tanto. Las excavaciones arqueológicas en la Cueva del Pájaro Azul, dirigidas por Juan Miguel Pajuelo y Francisco Javier Ramírez, han probado la existencia del Canal de Puerto Chico, que sería la tercera entrada al Canal Bahía-Caleta, según investigó el recordado Francisco Ponce Cordones. Un canal sobre cuya repercusión en Valcárcel debería decir algo la Universidad de Cádiz. Pero esa es una consecuencia colateral. Lo que han probado en la Cueva del Pájaro Azul (antaño tan vinculada al cante y algo más) es que el Gadir fenicio sigue dando juego y que perdimos una isla. Kotinoussa estaba fragmentada por un canal en Puerto Chico hasta que lo cegaron con un relleno. Además existieron Erytheia (en Gadir-Gadir) y Antípolis (la isleña Isla de León).

Como explicaban los arqueólogos en el reportaje que publicó Virginia León en este Diario, los romanos hicieron lo mismo que en la Barriada de la Paz en tiempos de Franco. Rellenar para ganar espacio. Se cargaron el Canal de Puerto Chico y fusionaron dos islas. La tercera, que podría ser la citada por Plinio el Viejo, era la de Iunonis o Aphrodisias. Una isla que iba desde Arquitecto Acero hasta el Castillo de San Sebastián.

Ese relleno hubiera sido imposible si hubiera estado Martín Vila al frente del urbanismo en tiempos de los romanos. Un ecologista no hubiera aprobado un PGOU que eliminaraun canal y fusionara dos islas. Fue como el intento del Cádiz Tres, pero al revés. Era para dejarlo en el Gades dos. En ese negocio se perdió la isla de Aphrodisias. Una pérdida lamentable, pues imaginen el juego que hubiera dado para el Carnaval tener una isla afrodisiaca en Cádiz.

Para que vean que los romanos hacían burradas. No sólo el alcalde José León de Carranza, cuando se quería cargar el barrio de Santa María para construir unas calles anchas y bien aireadas. Los intelectuales gaditanos (bueno, algunos) se opusieron y dio marcha atrás. Pero volviendo a las islas Gadeiras, es un destacable hallazgo.

Y es una lástima que no las podemos recuperar. Es muy triste que no se pueda reconstruir un canalillo en la calle Arquitecto Acero, con un puente para que los pasos salgan de la Catedral. Le daría un toque aún más fenicio a Cádiz. ¿Y reconstruir el canal de Ponce Cordones? Eso sí que sería un pelotazo. Dividir a Cádiz en tres islas, con el canal grande y el canal chico. Se quedaría Kichi como si fuera el Dux de Venecia.

José Joaquín León