LOS informes científicos (o supuestamente científicos) sobre el coronavirus siguen levantando ampollas. Y carcajadas también. Recientemente, se ha publicado uno, elaborado por investigadores de la Universidad de Barcelona, que han detectado el SARS Cov-2 en muestras de aguas residuales que recogieron en la capital catalana el 12 de marzo de 2019. A este descubrimiento no se le ha dado la importancia mundial que merece. De ser cierto, estamos ante un acontecimiento revolucionario. Significaría que el coronavirus ya circulaba por la Cataluña de Quim Torra un año antes del 8-M; un año antes de que Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y demás se enteraran (tarde, dice ahora) de que había una pandemia o cosa parecida, y decretaran el estado de alarma en toda España.

Es alarmante que no expliquen si este descubrimiento de la Universidad de Barcelona es verdad, o es mentira. Puesto que otra conclusión obvia sería que el Covid-19 circulaba a su libre albedrío en Cataluña desde ocho meses antes de que apareciera en China. En cuyo caso, se podría suponer que el coronavirus es catalán como Puigdemont. Y que donde empezó todo no fue en un mercado de Wuhan, ni con los murciélagos, ni con los pangolines. Sino que pudo empezar en la plaza de Sant Jaume. O en un partido del Barça de Messi. Y que para el día de Sant Jordi, el 23 de abril de 2019, ya se podía ofrecer un libro, una rosa y un coronavirus en los puestos de la Rambla. Y que los artistas gaditanos que fueron al Liceo, a cantar, no sabían a lo que se exponían.

Recuerden que Donald Trump (esa fiera que compra todo el Remdesivir) dijo que el Covid 19 se debería denominar coronavirus chino, o al menos el coronavirus de Wuhan. Avalaría esa teoría que la pandemia de 1918 fue bautizada como la gripe española. Por el odio a España y la leyenda negra, mayormente, ya que no empezó aquí. Y está demostrado que Cristóbal Colón no tuvo nada que ver con la gripe española. Por el contrario, algunos historiadores catalanes insisten en que Colón era catalán. Ya lo dicen menos. No sea que se carguen su estatua.

Sin embargo, hay algo peor: ¿y si el coronavirus fuera gaditano? La UCA debería investigar si quedan restos fenicios de Covid-19 en las aguas residuales de la calle San Juan, al lado del puerto chico de Gadir. Si aquí empezó todo, pudiera ocurrir que el coronavirus sea trimilenario, y que hubiera circulado (asintomático e inmutable) durante siglos. Algunos pensarán que es una carajotada, sí, ya, pero cuando lo dicen en Barcelona se callan. ¡Ay, don Simón!

José Joaquín León