SEGUIMOS con las ocurrencias de la nueva anormalidad y la cogobernanza. Para frenar la segunda oleada y no inaugurar un hospital de campaña en el solar de Puntales también se les ha ocurrido cerrar las playas de noche. Es como poner puertas al campo, pero más difícil todavía. Y no es igual la Caleta que Cortadura. La Policía Local de Cádiz ya ha avisado que es imposible. La Policía Local de Cádiz, en realidad, no puede cerrar las playas de noche ni de día, porque está desaparecida. Se enfadaron con Kichi y se han pasado un verano de lo más relajado. En las playas de Cádiz, durante el mes de agosto, la gente se hacía la cogobernanza de la sombrilla en autoservicio, mientras los vigilantes de Marín paseaban con mascarilla por la orilla y los policías locales de Kichi estaban en otro lugar, quién sabe dónde.

Pero ahora les piden que controlen las playas de noche, con el otoño a la vuelta de la esquina. Los que publican las medidas en el BOJA ¿de dónde han salido? Si no había policías de día, en agosto, ¿para qué los quieren de noche y en septiembre? Si están prohibidos los botellones y las barbacoas, ¿para qué van a cerrar las playas? Además con excepción de los chiringuitos, como el Potito, el Bebo los Vientos y demás.

Las playas de noche ya no son lo que eran. En otros tiempos, las playas de noche servían para lo que en Cádiz se conoce como darse un lote. Iban las parejitas, amarteladas, a los huecos oscuros, donde se desarrollaba el febril combate. No se preguntaba, ni sí, ni no, sino que a la mañana siguiente los operarios de limpieza se encontraban la playa de Cortadura llena de porquerías. Incluso antes de la campaña “Póntelo, pónselo”. Otra costumbre perdida. Pedro cambió los preservativos por las mascarillas.

Aun así las playas de Cádiz mantienen actividades nocturnas. Algunas son de noche y de día, lo mismo da, pues no pueden poner puertas al campo, ni a las playas. Por allí llegan pateras de Marruecos, no siempre detectadas. Por allí llegan fardos de hachís sin pasar por la Aduana. Por allí se aparece gente que duerme sin techo, a la luz de las estrellas, aunque no sea la noche de San Lorenzo. A las playas es recomendable no ir de noche, por evitar un susto. No se ve nada de nada. Y está el asunto como para llamar a gritos a la Policía Local; o a Kichi, o a David, o a Demetrio, o al que le toque para él.

Cerrar las playas de noche confirma que ya no saben lo que hacer. Lo único que se les ocurre es cerrar o encerrar. Cualquier día le pedirán a la Policía Local que detengan al coronavirus y lo lleven al calabozo.

José Joaquín León