HOY vuelve a jugar el Cádiz un partido en Primera División. En el estadio Carranza, sin público, por el coronavirus. Con una plantilla que no es la definitiva, ni parece a la altura de las circunstancias. En este verano hubo elogios a los artífices del ascenso. A los jugadores que marcan y evitan los goles, al entrenador Álvaro Cervera que decide las alineaciones y las estrategias, a los aficionados que animaron y se resignaron a las puertas cerradas del coronavirus… ¿Y al presidente? No se olviden ustedes del presidente. ¿Y a los directivos? No se olviden ustedes de los directivos. Alguno bueno harían. Se recuerda, porque algunos han sido demasiado rácanos para reconocer los méritos a Manuel Vizcaíno Fernández.

Es el cuarto presidente que asciende al Cádiz a Primera. De los cuatro, tres eran Manolos: De Diego, Irigoyen y Vizcaíno. Y el otro era Antonio Muñoz, que también lo ascendió. Junto a ellos, yo recordaría la aportación que hicieron Paco Márquez Veiga y José Antonio Gutiérrez Trueba. Entre los demás, hubo de todo. Algunos inolvidables, por lo nefastos que resultaron

A Vizcaíno siempre se le recuerda que es sevillano. No es para tanto, oigan, se puede ser sevillano y ascender al Cádiz a Primera. Un presidente está para gestionar. Llegó en julio de 2014 con Locos por el Balón, saneó el club, lo consolidó en el fútbol profesional y lo ha devuelto a la elite de la Primera División. Tras 15 años de ausencia, la mitad de ellos pululando de pena por la Segunda B.

Vizcaíno había sido responsable de Marketing del Sevilla FC con su amigo José María del Nido, cuando empezaron a ganar títulos. Conozco a su familia política (o sea, la de su mujer) desde hace años. Su suegro, Antonio Melero, tenía un quiosco en la Florida sevillana, y yo le compraba allí el Diario de Cádiz. Fundó la peña de Los Caperucitos, de donde vinieron varias agrupaciones, y era un forofo del Carnaval de Cádiz. Su hijo Rubén, cuñado de Vizcaíno, mantuvo la tradición quiosquera familiar. Sabían dónde estaba Cádiz, ciudad en la que veraneaban, y a la que siempre han querido.

Por supuesto que Manuel Vizcaíno llegó al Cádiz CF, en Locos por el Balón, para hacer un negocio y por ayudar, junto con Quique Pina, que también tiene su cuota. Los enfrentamientos han sido dañinos y deberían tener un punto final. No digo que sean compadres, sino que acabe esa guerrilla. Pase lo que pase, en la historia del Cádiz CF se recordará que Manuel Vizcaíno llegó en Segunda B y lo ascendió a Primera. Ojalá se espabile y no sea flor de una temporada.

José Joaquín León