UNA de las serpientes del verano es el cambio de nombre del estadio donde juega el Cádiz CF, que como ha recordado Manuel Vizcaíno es de propiedad municipal. Existía bastante consenso para que se denominara Nuevo Estadio Carranza (sin Ramón), aunque en realidad todo lo que hay actualmente fue construido en tiempos de la alcaldesa Teófila Martínez. Del estadio antiguo, dedicado por el alcalde José León de Carranza a su padre, y que fue inaugurado en 1955, sólo queda el emplazamiento. En cuanto al nombre Carranza, se vinculó al Cádiz CF, como escenario de sus éxitos y fracasos. El gran chirigotero Manolo Santander lo incluyó en su famoso pasodoble, himno oficioso del club. Denominarlo Nuevo Estadio Carranza, en recuerdo del escenario de las mayores gestas del club, es lo normal. Pero Kichi y Martín Vila suelen hacer lo que no es normal.

En la encuesta bananera que montaron volvió a pasar lo peor. El nombre aprobado, Nuevo Mirandilla, es absurdo y tuvo un apoyo insignificante. No se le debe imponer al estadio. Y si se empeñan, la oposición del Ayuntamiento de Cádiz (en la que incluyo al PSOE, aunque suele regalar a Kichi el apoyo que necesita) tiene mayoría suficiente para evitarlo.

Como pasa con la memoria histórica en Cádiz, es más bien amnesia histórica. La historia del fútbol en la ciudad es controvertida; y ni siquiera está claro que el actual Cádiz CF sea el club fundado en 1910. El estadio Mirandilla fue construido por el Mirandilla CF, que no era entonces el Cádiz, sino un club vinculado a los antiguos alumnos del colegio fundado por los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Sus colores eran lasalianos, amarillo y azul, pero en rayas verticales. En los años de la Segunda República era conocido como “el equipo de los curas”, lo que no agradará a Martín Vila. Y era de propiedad privada, ya que lo construyeron a expensas del club, y gracias a donativos de varios mecenas. El estadio duró de 1933 a 1955, un periodo que no coincidió con los mejores años del Cádiz, cuyo nombre se adoptó. Aunque en 1940 estuvo a punto de ascender a Primera, también cayó a Regional. El estadio Ramón de Carranza fue construido por el Ayuntamiento para empezar una etapa mejor en Segunda División.

El Mirandilla tuvo su momento. Pero no fue el de más esplendor del Cádiz CF, ni mucho menos. La solución para el estadio Carranza sería que el Cádiz se lo compre al Ayuntamiento, a buen precio, y a plazos. En España, todos los clubes grandes de Primera tienen sus estadios propios. Y no se preocupan de las paridas o las fruslerías de los concejales.

José Joaquín León