LA polémica sobre el nudismo en las playas de Cádiz parece que la ha montado el Ayuntamiento para incentivar los cuplés de las Fiestas Típicas Gaditanas. Es una tontería, que no satisface a nadie, ni a los nudistas ni a los que no lo son. Decir, a estas alturas, que van a permitir el nudismo en todas las playas de Cádiz (La Victoria, Santa María del Mar, la Caleta y Cortadura) carece de sentido común. Es una memez pensar que van a montar un conflicto teórico entre lo que ellos llaman conservadores y progresistas. Una vez más, vemos que los partidos políticos se apartan de la realidad. El naturismo se debería resolver con naturalidad, y teniendo en cuenta que vivimos en el siglo XXI.

Para empezar, está la legislación, donde hay un problema de fondo. En teoría, una persona puede ir desnuda por cualquier lugar, siempre que lo hiciera sin exhibicionismo. La normativa europea lo tolera. Sin embargo, en aras al decoro y la urbanidad, el Tribunal Supremo permitió a los ayuntamientos que regulen este asunto. Por eso, en Cádiz, en teoría, está prohibido.

No obstante, en Cádiz se practica el desnudo integral playero en la playa de Cortadura, especialmente en la zona del Chato a Torregorda. Que yo sepa, a nadie le han puesto una multa por ese motivo, ni con el PP de Teo, ni con los anticapitalistas de Kichi. Eso es vox pópuli, como se suele decir. Por el contrario, ponerse en pelotas en la playa de la Victoria o en la Caleta, o incluso en Santa María del Mar, es algo que no se le ocurriría a ningún naturista decente, si acaso a algún exhibicionista, por lo que no hace falta permitirlo, sino que no es el mejor sitio.

En cuanto a lo que ven los niños, es la polémica de siempre. El pecado no está en el cuerpo, sino en los ojos. Los niños y niñas de Cádiz, por lo demás, ven a señoras y señoritas en toples sin rasgarse las vestiduras, ya que las playas gaditanas son unas de las que tienen más mujeres con los pechos al sol. Rigoberta Bandini aquí sería feliz. Se ha pasado de un extremo al otro. De ser las playas más puritanas de España a tener más mujeres en toples que en la Costa del Sol y algunas islas. Sin que se hayan visto nunca nuestras playas como sucursales de Sodoma y Gomorra. No es eso.

Lo que debería hacer el Ayuntamiento es autorizar el nudismo en una zona acotada de Cortadura, y dejar el resto de las playas para las familias que no quieren ver al sátiro de la gabardina. Este es un tema para cuplés, de los que gustan en Cádiz, para distraer a la gente, que se preocupa más por llegar a fin de mes con todos los precios por las nubes.

José Joaquín León