YA nadie dice que Cádiz no tiene fiestas, como en los tiempos de Paco Alba. Por el contrario, en Cádiz, cuando no hay una fiesta, se inventan dos. Es una pena que Ernest Hemingway, que fue un gran amante de España y sus tradiciones (incluidos los toros, como tantos republicanos) no escribiera un libro titulado Cádiz era una fiesta. Se lo dedicó a París, donde vivió un tiempo en el que fue “pobre pero feliz”. En su primera novela, titulada Fiesta en español (en inglés The sun also rises), aparece su querida Pamplona con los sanfermines, pero no nuestro Carnaval. Peor para él. Si se escribe de fiestas, no se puede olvidar a Cádiz. Vengan y vean cómo vamos a celebrar el 1 de mayo: con los hoteles llenos y todo a tutiplén.

El 1 de mayo tenemos el Gran Premio de Motos en Jerez con su Motorada, las ferias de Vejer y Rota, la Semana del Atún de Barbate, tres manifestaciones del día del Trabajo (que es la gran fiesta de los sindicatos y Vox) y el día de las Madres (que debería ser tan feminista como el 8-M), entre otras celebraciones: bodas, bautizos y primeras comuniones. Es decir, hay motivos para que los hoteles se llenen, para que los bares y restaurantes estén con el cartel de no hay billetes, y para que la gente salga a la calle, a manifestarse, porque no hay trabajo.

Vean ustedes con cuánta razón se podría decir que Cádiz era una fiesta. Pronto empezará el concurso carnavalesco del Gran Teatro Falla; y en mayo tenemos ferias en Jerez de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda y El Puerto de Santa María, entre otros municipios con más de 50.000 habitantes, además de que el domingo de fiestas típicas gaditanas se celebrará el 6 de junio, coincidiendo con la romería del Rocío. Unos se subirán a las carretas y otros a las carrozas.

Este fin de semana la gente se subirá mayormente a las motos. Una madre que viva en Rota, sea trabajadora y motorista lo tiene todo para ser feliz el domingo. Puede vestirse de flamenca con los niños para ir en moto a la manifestación del 1 de mayo. Con tantos eventos, las manifestaciones se van a descafeinar, a pesar de Abascal. Manifestaciones convocan todos los domingos, por otra parte. Raro es el día que no hay alguien del sector público manifestándose. Los privados se manifiestan menos, aunque se fastidian igual, pues la vida sube para todos.

A pesar de los precios, los hoteles se llenan. A pesar de las protestas, la gente tiene ganas de juerga. Por culpa de Putin viviremos peor, pero hay que protestar contra la OTAN. ¡Vivan las motos! ¡Viva el trabajo! ¡Viva el atún rojo! ¡Y viva la madre que te parió!

José Joaquín León