LA Catedral de Cádiz cumplió tres siglos el pasado martes, 3 de mayo. Todavía no la han trasladado a otra localidad de la provincia, que por cierto tiene dos diócesis: la de Cádiz y Ceuta y la de Jerez-Asidonia. La Catedral es el primer templo diocesano. Sus obras fueron largas, tanto que todavía no han acabado. Faltan varios espacios previstos. Además de la linterna que remataría la cúpula. La Junta de Andalucía incluso aprobó el proyecto de la linterna en la restauración de Juan Jiménez Mata, pero el Ayuntamiento no dio licencia (cuando era alcaldesa Teófila Martínez), por considerarlo inapropiado. Desde luego, lo primordial es conservar bien la Catedral, que deja mucho que desear. Y no ya por falta de interés del Obispado, sino por el mal de la piedra y sus costosos y constantes arreglos derivados.

El obispo Rafael Zornoza se ha tomado más interés por la Catedral que algunos de sus antecesores. Los gaditanos de cierta edad la hemos conocido cerrada durante un periodo de 16 años, cuando Cádiz no tenía Catedral y se caía a pedazos. La fórmula excepcional de las redes para sostener pedruscos, piedras y piedrecitas es un parche, que desmerece la importancia del principal monumento de Cádiz.

Al cumplir tres siglos, lo más importante es conseguir la restauración integral de la Catedral para garantizar su futuro por muchos años. Además del mal de la piedra (agravado por la salinidad y los vendavales de poniente y los recios temporales que sufre la ciudad en el Campo del Sur) se acusan otras deficiencias. Hay huecos con cristales rotos, por los que entran palomas en el templo. Es triste lo que se ve desde el espacio Entrecatedrales, de Alberto Campo Baeza. Esa zona, que comprende la Catedral nueva y la vieja, debería estar mimada. Es como una tarjeta de visita de Cádiz.

En cuanto a los eventos, se están celebrando a medio gas. Organizar una jornada de visitas y llamarla “de puertas abiertas” se presta a la broma. ¿Las demás jornadas son de puertas cerradas? ¿La Catedral debe tener las puertas abiertas un día, como algo excepcional? Se entiende que no cobraron la visita turística, pero suena raro. Hubiera sido oportuno organizar otra exposición, o una segunda parte de la Traslatio sedis. Decir que estorbaría a la visita turística suena a excusa.

El vía crucis magno que se proyecta parece que se hará con pasos de la capital… Será gaditano, no diocesano. Pero es una guinda. Con los actos previstos, vuelve a demostrarse que Cádiz todavía no se termina de creer que tiene una Catedral nueva. Aunque hayan pasado 300 años.

José Joaquín León