SABEMOS que es un problema global, agravado por el calentamiento. Aparte de las incidencias contra la naturaleza, en verano hay más riesgos, porque siempre hizo más calor que en invierno. En los últimos días, con los calores subidos y el viento desmadrado, hemos sufrido varios incendios de categoría. No sólo en Cádiz, por supuesto, sino también en Andalucía, España y la Humanidad. Algunos han sido incendios llamativos. Yo no recuerdo que hayan cortado dos veces la autopista AP-4 Sevilla-Cádiz (por cierto, sin comunicar con claridad las rutas alternativas en los paneles), tras dos incendios diferentes en menos de una semana. Con el peaje no pasaba eso. También ha sido llamativo el incendio urbano y playero del restaurante Arte Serrano, en el Paseo Marítimo de Cádiz.

Se suele decir que algunas profesiones tienen corporativismo y que tienden a encubrirse los fallos. Los bomberos parece que no van por ahí. El bombero de Marbella que intervino el primero en el incendio del Arte Serrano fue calificado como un héroe. No obstante, los héroes también rajan, y este señor, además de decir que se pudo liar “muy parda”, dejó caer que los bomberos gaditanos habían tardado en llegar “un poquito más de lo normal”.

Por el contrario, los bomberos gaditanos del Consorcio han cuestionado la actuación del colega marbellí. Realizó su intervención como un espontáneo, en bañador y chanclas, y ayudado por un amigo sin conocimientos profesionales. Advierten los bomberos gaditanos que se puede establecer un mal ejemplo, porque cualquier bañista se puede considerar bombero de espíritu y pasar al ataque contra el fuego. Entiendo que estén mosqueados. Sin embargo, cuando hay un fuego, me parece que lo primero es apagarlo, como sea, y después se entra en los detalles. Con unas medidas mínimas, por supuesto, para no fastidiarlo más. Por tanto, el bombero de Marbella hizo lo justo, pues se le supone un experto con las mangueras.

Más preocupante que esa disputa es que el 90 % de los incendios forestales de España son provocados por la manita del hombre. Por negligencias, en la mayoría de los fuegos. La típica paella, o la quema de rastrojos. Pero un amplio porcentaje se perpetran a conciencia. Y es raro que se informe de los autores, sus castigos y condenas. A diferencia de otros delitos. ¿Por qué los pirómanos no son más perseguidos y suelen gozar de la ventaja del olvido? ¿Por qué las leyes no se adaptan al daño causado? El cambio climático mata, como dice Pedro Sánchez, pero también los pirómanos, que son terroristas.

José Joaquín León