LA lista de los consejeros de la Junta de Andalucía tiene algo de sorteo de lotería. Y no porque a unos les toquen los premios gordos, a otros las pedreas o las terminaciones, y a otros un sofocón. La lista de los consejeros de la Junta de Andalucía se utiliza con algunas claves. Por ejemplo, es costumbre que siempre incluyan a un consejero de todas y cada una de las ocho provincias andaluzas. De modo que debe haber un mínimo de ocho consejerías para complacer a todas. Pero cuando hay 13 consejerías, como en el nuevo Gobierno andaluz de Juanma Moreno, algunas provincias pueden repetir. Y ahí es donde se ve la gracia del reparto. En esta ocasión, a la provincia de Cádiz le ha correspondido sólo una consejería: la de Antonio Sanz en Presidencia. Aunque siempre se puede decir que es la más importante, en lo político, que no en la gestión.

La pasada semana escribí que el nombramiento de Ana Mestre como vicepresidenta primera del Parlamento andaluz la descartaba como consejera, a pesar de algunos rumores, y que eso implicaba que la consejería gaditana sería para un peso pesado. Era una profecía de las sencillas. Efectivamente, el peso pesado es Antonio Sanz, que fue el número dos de Javier Arenas durante los años duros del PP andaluz, y que ha sido viceconsejero con Elías Bendodo, que a su vez era el número dos del Gobierno andaluz cesante. Según el escalafón, es natural que ocupe esa consejería. En la política hay que estar a las duras y a las maduras. Antonio Sanz siempre ha estado, y ha aguantado bastante, y no está de más que reciba ese caramelo, de sabor dulce mayormente.

Sin embargo, la provincia de Cádiz va a pintar poco en el Gobierno andaluz. Juanma Moreno es de Málaga, como la consejera de Economía y Hacienda, Carolina España, y el de Turismo y Cultura, Arturo Bernal. De la provincia de Sevilla son Patricia del Pozo, que ha pasado a Educación, y Jorge Paradela, que entra en Industria y Energía. También tienen dos consejeros la provincia de Almería, con Carmen Crespo, que sigue en Agricultura y Pesca, y el alcalde Ramón Fernández-Pacheco, que entra en Medio Ambiente. Y hay dos de Córdoba, José Carlos Gómez, que llega a Universidad, y José Antonio Nieto, de Justicia. También es cordobesa la ex de Ciudadanos Rocío Blanco, aunque trabajó en Málaga.

Como se puede ver, los tentáculos del poder en Andalucía pasan de largo por esta provincia, venida a menos, y no digamos por la capital, que afronta una decadencia resignada. No es un asunto exclusivo de la Junta. La marca Cádiz va a peor y sólo funciona para las playas. 

José Joaquín León