EN Cádiz algunos hicieron su agosto, pero ya estamos en octubre, precisamente en el día de la Hispanidad, con otro puente festivo. Los chiringuitos nos mantienen en la ilusión de que todo el año es verano, y a la hostelería le gustaría cumplir el sueño de que todo el año sea como agosto. En septiembre lo tuvieron más fácil, porque en Cádiz se celebró una procesión magna con 17 pasos y una gran regata de la Fórmula 1 del Mar (así la llaman), con gran éxito de público. Cádiz se abarrotó, como si tuviera 300.000 habitantes. Y, una vez más, se vieron las luces y las sombras de los servicios municipales. Cádiz es una ciudad atractiva para los eventos, pero debería solventar lo que falta y lo que sobra.

Faltan plazas de aparcamientos. Faltan plazas, sí, pero resulta que en parkings como el de Canalejas, donde las cinco horas costaban 5,95 euros en agosto, en septiembre las subieron a 9,95 euros. Lo que equivale a dos euros la hora por aparcar. Pensarían que de todos modos se iba a llenar con la procesión y la regata. Y a los gaditanos de cada día, si te he visto no me acuerdo. Después se extrañan porque Inditex haya cerrado sus tiendas en la calle Columela y apueste por Bahía Sur, donde aparcar es gratis.

En Cádiz también faltan taxistas. Yo se lo pregunté por derecho a uno, y me contó que es verdad, y que en Cádiz hay muchachos y muchachas que consiguieron la licencia para conducir taxis, pero prefieren dedicarse a otros oficios. Con lo cual, si un parado quiere ser taxista, se le debería ofrecer esa posibilidad. Conseguir un taxi ciertos días a ciertas horas, cuando ya no circulan autobuses, es misión imposible. A eso llaman Martín Vila y los suyos la movilidad. Siempre puedes ir en bicicleta o patinete. Aunque de noche no sea lo más recomendable. Menos mal que en la Magna funcionaron bien los autobuses urbanos.

En Cádiz también faltan policías locales. Digo yo que faltarán. Sólo se les ve muy de vez en cuando, o para poner pancartas contra el doctor Kichi, como lo llaman ellos. ¿Doctor? Será porque les ha metido el bisturí. El pasado verano, en las playas, apenas hemos visto policías locales. ¿Se acuerdan de aquellos tiempos, cuando las recorrían vestidos de blanco? Ya son personajes de libro de Julio Molina Font. Cádiz perdido.

También falta limpieza. Esto lo recuerdo para nada.

¿Y qué sobra? A algunos les sobra desparpajo, para tener la ciudad de semejante modo. A otros les sobra resignación, para aceptar como normal lo que no se consentiría en otras ciudades. Quizás piensan que ya les queda poco.

José Joaquín León