ALGUNOS pensarán: “Es mala leche escribir un artículo de Kichi el día de los fieles difuntos”. No le busquen tres pies al gato negro. No tengáis miedo, como dijo Juan Pablo II, en otra tesitura. Ya ha pasado la noche de Halloween, que se ha convertido en un Carnaval del terror para huir de la realidad. Hoy en día (ni siquiera hoy) muchas personas no quieren hablar de los difuntos, porque es más cómodo olvidar la finitud de la vida humana. La esperanza media de vida en España estaba en torno a los 84 años, si no llega otra pandemia que la estropee, por lo que todos los mayores de 84 están por encima de la media y todos los menores aún mantenemos esa esperanza. Nuestra vida es finita, durará lo que dure. Por el contrario, los mandatos de los alcaldes duran cuatro años.

Es evidente que Kichi se está dejando querer, para volver a presentarse. Ha tenido sus momentos y sus dudas. Habló de retirarse a los ocho años, y hasta pareció que se lo había creído él mismo. Pero cuando se aproxima la fecha de caducidad, Kichi se ha dado cuenta de que no es un yogur. No quiere que llegue ese día. Y menos ahora, cuando anuncia un calendario de inauguraciones. Y cuando dice que el traslado de Valcárcel se ha solucionado gracias a él, gracias a los cinco millones que va a poner el Ayuntamiento de Cádiz encima de la mesa. Aunque dos días después nos enteramos de que esos cinco millones ya se los ha gastado, pero que pondrá otros cinco millones, que no se sabe de dónde van a salir, ni si también se los gastará antes.

Para un político es duro volver a casa. Y peor todavía a trabajar, impartiendo clases, o algo así. Por otra parte, la izquierda muy de izquierdas gaditana (si fueran de la otra acera política, se les diría la extrema derecha, pero nunca hay extrema izquierda), esa izquierda tan de izquierdas, está descontrolada. Venga a reunirse para hablar de candidatos, sin que tengan a nadie dispuesto a a dar el paso, por miedo a estrellarse. Adelante Andalucía y Unidas Podemos son grupos políticamente incompatibles, que sólo se pueden juntar por el interés de no perder las prebendas municipales. En el Parlamento andaluz casi se atizan.

Kichi es el único candidato de la extrema izquierda que podría ganar, pero ya huele a juanillo. Tiene posibilidades de perder el sillón siendo alcalde, como le pasó a Teófila en 2015. Además, ese andalucismo de tercera ola de Adelante tropieza con el grupo AxSí que presenta a Ismael Beiro. Puede haber un choque de trenes (o de tranvías) en el frikismo gaditano. ¡Y pensar que Cádiz fue el emporio del orbe!

José Joaquín León