APENAS faltan cuatro meses y medio para las elecciones municipales. A estas alturas es sorprendente lo que está sucediendo en Cádiz con la candidatura del PP. En principio, todo hace suponer que la Alcaldía para el periodo de 2023 a 2027 (en el que la ciudad se juega mucho, después de ocho años de Kichi) se va a disputar entre la izquierda situada a la izquierda del PSOE y el PP. Y es improbable que el PP obtenga la mayoría si no presenta una candidatura de primer nivel para ilusionar a su electorado y a los que votaban a Teófila sin ser de los suyos. Es decir, no hace falta estudiar Ciencias Políticas para entender lo que hay en juego, y lo que se debe poner encima de la mesa para las urnas.

La izquierda situada a la izquierda del PSOE está cumpliendo su hoja de ruta. Partiendo de la consideración de que el PSOE no ganará en Cádiz, pero Óscar Torres puede tener los concejales suficientes para dar o quitar la mayoría absoluta. Así las cosas, Adelante Cádiz, ya sin Teresa ni Kichi en los carteles, ha apostado por David de la Cruz, que es un candidato joven y por ver, en detrimento de Lola Cazalilla, que pudiera ser la número dos, aprovechando que su valoración es buena, incluso entre un electorado no tan de izquierdas.

Los últimos movimientos de la autodenominada Izquierda Gaditana, que se ha presentado públicamente, son un intento más de Izquierda Unida y Podemos para subirse al carro. A sabiendas de que en Cádiz ese carro está tripulado por un partido, Adelante, al que expulsaron de su propio grupo en el Parlamento de Andalucía, y con el que sólo se unen por conveniencias. Todo sea por el poder.

Una alternancia en el Ayuntamiento sólo será posible si el PP presenta a un candidato o candidata que resulte atractivo para sus votantes. En Granada han convencido a una consejera top de la Junta de Andalucía, como es Marifrán Carazo. Carecería de sentido común que sus principales figuras para el cartel de Cádiz, que son actualmente Bruno García o Ana Mestre (ambos de la máxima sintonía juanmista y de lo más centrados) se conformen con tener buenos sillones en el Parlamento de Andalucía, en vez de bajar al fango. Juancho Ortiz también hubiera podido ser, pero en los últimos tiempos no le han reconocido su esfuerzo. En cuanto a José Manuel Cossi, carece todavía de peso en el PP y pienso que su faceta carnavalesca le perjudica más que le beneficia.

Cada partido puede hacer lo que quiera, incluso darse un tiro en el pie. Pero después, si pierden, a la hora de quejarse deben asumir sus decisiones.

José Joaquín León