EL domingo 28 de mayo ocurrió un fenómeno extraño. No me refiero a las elecciones municipales, sino a lo que sucedió en el estadio Nuevo Mirandilla (al que se le puede volver a cambiar el nombre) en un partido de infarto. El Cádiz CF derrotó al Celta por 1-0 y terminó la penúltima jornada con 41 puntos, sin estar salvado. Eso es raro, ya que en las últimas temporadas se consideraba que con 41 puntos estaba garantizada la permanencia. Hay excepciones, como el Betis, que descendió con 42 puntos en 2009, empatado con el Getafe, que se salvó. Y el Cádiz se lo juega con el Getafe. Por eso, hay que advertirlo: atención, el Cádiz no está salvado. Y debería tener mucho cuidado, porque si no puntúa en Elche le puede ocurrir una desgracia.

En el partido ante el Celta sucedieron fenómenos portentosos en la línea habitual. El árbitro De Burgos pitó un penalti clarísimo a favor del Cádiz, con 0-0, pero desde el VAR el muchacho amigo lo avisó para que rectificara. Poco después, cuando marcó Lozano, el muchacho del VAR volvió a avisar para anularlo por fuera de juego previo de Iza, con una raya que pusieron cuesta arriba y al milímetro. Ellos son así. El Espanyol protestó y ya está en Segunda.

El Cádiz se salvaría seguro puntuando en Elche. Es verdad que el rival ya está descendido. Es verdad que va el último. Es verdad que están cosechando unos resultados rarísimos desde que bajaron, y le han ganado al Atlético de Madrid en Elche y al Athlétic en Bilbao, entre otras curiosidades. Y es verdad que si el Cádiz juega allí a empatar, en vez de buscar la victoria, puede terminar perdiendo y con un soponcio.

Porque los resultados adversos para un empate a 41 puntos con el Getafe no son imposibles, sino incluso probables. Ya se ha visto que el Getafe tiene antecedentes haciendo las cuentas. Puede pasar que el Barcelona viaje a Vigo de turismo, igual que fue a Valladolid. Puede pasar que el Valencia puntúe en el estadio del Betis. Y que el Almería gane en Cornellá al Espanyol descendido. Y que el Valladolid le gane al Getafe en provecho mutuo. Son muchas carambolas, sí, pero a veces hay carambolismo para evitar el carajotismo. En el último partido, el que no corre, vuela.

Nuestro Cádiz CF ha estado envuelto en grandes milagros y en grandes decepciones. Se ha recordado que en 1981 ascendió a Primera en Elche. Pero recuerden también que en 1982 descendió a Segunda en un triple empate con Las Palmas y Sporting de Gijón, que se salvaron a conciencia.

Así que cuidado. El 28-M la alegría no fue completa.

José Joaquín León