NO ha terminado uno, cuando empieza otro. Cádiz se está consolidando como la ciudad de los eventos. Un buen ejemplo ha sido el South International Series Festival, acogido del 6 al 12 de octubre en el Palacio de Congresos, bajo el lema Cádiz, ciudad de series. No es una ciudad seria, sino lo contrario, tan graciosa; pero sí de series, de televisión y de lo que haga falta, pues funciona estupendamente como escenario, con el fondo de la Caleta para las fotos. Y, sin tregua, este fin de semana se celebrará en Cádiz otro evento, la Sail GP, que algunos calificaron como la Fórmula 1 del mar. Con tantos eventos, es probable que pronto creen en Cádiz una plataforma de oposición, y fomenten la eventofobia.

En Cádiz ya se sabe que es muy difícil organizar algo sin plañideras quejándose. Únicamente no se quejan cuando lo organizan ellos. Si lo hacen otros, está mal. Si lo hacen ellos, está muy bien. Con eso ya se cuenta. Pero la avalancha de eventos de los últimos tiempos atrae a Cádiz a personajes populares e impopulares: actores, actrices, directores, lumbreras que aparecen en televisiones nacionales y son famosos en todo el país, no sólo entre Cortadura y la Caleta. En resumen, atrae turismo. Al final, todos los que vienen son turistas.

Hay un aspecto curioso y digno de ser estudiado, que confirma el riesgo de caer en la temida eventofobia. Están intentando enfrentar a unos eventos con otros. Por ejemplo, mirando al mar, han comparado las regatas de la Sail GP con los barcos de la Gran Regata. Y algunos hoteleros manifiestan que es mejor la Sail GP, porque los participantes se alojan en hoteles, mientras que quienes vinieron para la Gran Regata eran flor de un día, gente de paga y vámonos del parquin. O que venían gratis en el transporte público de los trenes de Cercanías, con su retraso asumido.

De modo que el turista de la Gran Regata podría quedar devaluado. Gente que se pasea por un buque escuela de los años del catapún chimpún. Un buque escuela recuerda a los bergantines del siglo XVIII que veían los ricos comerciantes gaditanos desde sus torres miradores de vigilancia. Buques bonitos, sí, pero nada prácticos, que son como diplodocus al lado de los que participan en la Fórmula 1 del Mar.

Así se ha creado una nueva categoría, que es el evento con expectativas. La Magna Mariana de San Fernando no cumplió las expectativas de los hosteleros. La Gran Regata tampoco las cumplió. La Sail GP sí las cumplirá. ¡No se puede ser tan materialista! Disfruten cada evento, que son dos días, o tres.

José Joaquín León