A veces leemos noticias que parecen increíbles. Una de ellas fue la probable apertura del primer hotel de cinco estrellas en Cádiz. Tal acontecimiento está prefijado para 2026. Contará con unas 40 habitaciones y estará ubicado en dos edificios (con un tercero incrustado), en la esquina de la Alameda con la calle Zorrilla. Sin entrar en los detalles técnicos, que ya se publicaron en el Diario, llama la atención que Cádiz no cuente aún con ningún hotel de cinco estrellas. Es una de las pocas capitales de provincia españolas que no tiene ninguno de la máxima categoría. Los hay incluso en municipios de menos de 50.000 habitantes. Y esa carencia confirma que el turismo local es mejorable.

Aquí se da por supuesto que sobran turistas. Sin embargo, no es así, aunque los hoteles se llenen en Carnaval y agosto. Sobran pisos turísticos de medio pelo, que plantean una competencia desleal. Pero falta turismo de más calidad, y a las pruebas hoteleras nos remitimos. Los intentos anteriores para abrir hoteles de cinco estrellas fracasaron. El de la Casa del Almirante lleva más de 20 años con un quiero y no puedo. El gran hotel de Valcárcel se descartó, tras la renuncia de la empresa Zaragoza Urbana por no poder acometerlo. Y otros intentos no pasaron de las ocurrencias.

El nuevo hotel de la Alameda tendrá unas 40 habitaciones, según se ha indicado. Es decir, será un hotel de cinco estrellas del segmento boutique. No será un gran hotel de cinco estrellas, como lo hubiera sido el de Valcárcel. Ni como el que la red de Paradores del Estado no ha tenido valor para ampliar en Cádiz, subiéndole una estrella al Atlántico. De cinco estrellas debería ser algún hotel en la zona del Paseo Marítimo. Pero los tres de la glorieta (ahora llamada de Ana Orantes) son de cuatro, a pesar de encontrarse en un enclave excepcional, como el de Tryp, frente al mar.

En Cádiz hay lugares ideales para hoteles de cinco estrellas. Por ejemplo, ciertamente, en la Alameda. Pero allí han preferido apostar por pisos de lujo y por otros negocios de hostelería. Las vistas desde los edificios de la Alameda son espectaculares. Bien lo sabe Carmen Bustamante, que desde su casa las ha pintado. Y, por supuesto, el edificio de Valcárcel hubiera sido un hotel de lujo en otra ciudad, sin ninguna polémica.

Sugiero una conclusión: si no hay hoteles de cinco estrellas en Cádiz, es porque no llega turismo de lujo. Pero puede ocurrir lo contrario: que no llegue porque no existen esos hoteles. Es como la gallina y el huevo. También es cierto que una marca fuerte influye. No basta con ir a lucirse en Fitur.

José Joaquín León