SE puede afirmar, sin exagerar, que el Rey tuvo ayer una calurosa acogida en Cádiz. Viendo a Felipe VI presidir el almuerzo de los 150 años de Diario de Cádiz, en la antigua estación, era inevitable pensar que se abría una ventana para reajustar el tiempo. La grandeza de una tierra que alentó aventuras, que sufrió asedios, que ofreció su puerto a los barcos que iban o venían de América. El último rincón que le quedó a España para defender la libertad y promulgar una Constitución. Ese Cádiz, que contó con el firme apoyo de la Corona para sus mejores proyectos, es el que nunca se puede olvidar. Es el “Cádiz de Primera”, al que aludió Felipe VI, como un guiño, en el final de su discurso.

El Cádiz verdadero, efectivamente, sí es de Primera. Es el Cádiz de la tolerancia y la libertad. Es el Cádiz que sabe unirse por encima de las rivalidades. Es el Cádiz culto y educado, respetuoso y solidario, humanista y compasivo, abierto y cosmopolita. Es la ciudad en la que se refleja el tiempo en el espejo de su mar desde hace 3.000 años, como si se limpiara cada día una pátina de soledad, de abrumada nostalgia, de ecos disipados, de soles que se nos escapan por la Alameda. Es la ciudad que resiste hasta lo insólito, que revive con un soplo de aire fresco cuando parece que la van a destruir.

Hay un Cádiz ideal que es la suma de todos los Cádiz posibles. Ese es el Cádiz del Diario. Es el Cádiz que desayuna cada mañana con un periódico de papel, que fue la sábana donde se envolvió el sueño de nuestros abuelos y donde sigue palpitando la tinta que marca el presente. Ese Cádiz es el que se reunió ayer en la antigua estación. El Cádiz plural de todas las ideologías, que en esta tierra (a diferencia de otras) se pueden y deben expresar con respeto, porque es uno de nuestros signos de identidad.

Junto al Rey Felipe VI, había ayer monárquicos y republicanos. En él se simbolizaban otros Reyes de España que aparecieron en el Diario: Alfonso XII vestido de militar en el cuartel de Santa Elena, o visitando el Hospicio. Alfonso XIII conociendo el Hospital de Mora, que era en 1904 “el mejor de España”. Juan Carlos I en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de 2012, cuando Cádiz recuperó su memoria constitucional durante unos meses.

Con la visita de Felipe VI se ha dado otro paso en la perdurabilidad del Diario. Como entendió José María Pemán, que defendió a la monarquía cuando no estaba de moda, Cádiz siempre aguarda a su Rey. Quizá porque mira con nostalgia hacia el muelle donde amarró sus últimas esperanzas.

José Joaquín León