LA mayor diferencia entre el Cádiz CF de Vizcaíno y el de las anteriores etapas en Primera División es la cantera. Aquí se recuerda a Mágico González, pero aquel equipo no se basaba sólo en el astro salvadoreño. También existieron los hermanos Pepe y Salva Mejías, Juan José, Paco Baena, incluso Linares y Manolito, Botubot, después Kiko Narváez, Arteaga, Cortijo, Quevedo y otros. Antes los históricos, como Juanito Mariana, Andrés o Migueli. Entrenadores hubo, como David Vidal, que sacaron a una generación completa de la cantera. Unos fueron traspasados, otros se quedaron. Pero aquel Cádiz tenía un sello gaditano, y era diferente de los chuflas que encajaron seis goles en Almería.

Después, con los cambios en los fichajes de los futbolistas, se pasó a otra época, en la que Suso, por ejemplo, se iba al Liverpool antes de asentarse en el Cádiz. Y en el presente se recuperó a Chris Ramos, que es muy buen delantero para Segunda y no tanto para Primera (por lo que no se debería ir por segunda vez); y en la que se intenta recuperar al chiclanero Iván Chapela, que se pudo quedar, al menos con opción contractual de volver. Se ha conseguido algo prodigioso: que el Cádiz CF descienda a Segunda sin que ningún jugador de la cantera se consolide como titular.

Podrán decir que es lo normal en el fútbol de hoy en día, que se nutre de extranjeros y cedidos. Pero, en el FC Barcelona, Xavi Hernández ha sacado de la cantera a Lamin Yamal, a Cubarsí, a Fermín (que venía del Linares), a Fort y alguno más, gracias a la ruina del club; aunque, como premio, Laporta lo ha echado. El Cádiz se va a Segunda sin que Sergio y Pellegrino hayan sido capaces de sacar a nadie del filial.

Ahora viene Paco López, con experiencia de canteras, y ya veremos qué pasa. Esto no es tan raro, porque no sólo ocurre en el fútbol. En Cádiz se van todos los jóvenes con posibilidades de triunfar y buscarse la vida en algo mejor. Después se lamenta que baja la población. Pues claro, no es sólo por el precio de los pisos. Aquí no se dan oportunidades. El desenlace natural es que apenas queden los jubilados. El fútbol es como la economía misma. Trabajar de camarero (sin vocación hostelera) es como jugar en la Tercera División del fútbol. Pero puede ocurrir que el camarero, en otro lugar, trabaje en otra profesión mejor pagada y más acorde con lo que estudió. Tenemos un récord de sobrecapacitación y de vámonos que nos vamos, deprisa y corriendo.

La cantera está abandonada. Pero no sólo en el fútbol. Es una de las desgracias que padece la ciudad de Cádiz.

José Joaquín León