EN la ciudad de Cádiz cada año hay más perros y menos niños. Eso se refleja en las estadísticas del INE, en las meadas callejeras y en el cierre de colegios, ya que todavía no es obligatoria la educación canina general básica. Así pudiera ocurrir que, en las próximas décadas, en Cádiz todas las playas sean caninas, excepto alguna en la que se reservaría un espacio para personas humanas. Dicho espacio, a su vez, se debería subdividir entre personas humanas nudistas y personas humanas textiles. Por lo que algunos de nuestros lectores y lectoras (entre los que todavía no hay ningún perro ni perra) sólo se podrían bañar en algún módulo de la playa Victoria. O en dos, con un poco de suerte.
Como aperitivo para lo que puede venir, este verano hemos tenido tres playas caninas en la Bahía de Cádiz. Hasta ahora sólo funcionaba la de Camposoto, en San Fernando, que fue la primera: y, a mi modo de ver, la mejor, por la zona en que se ubica, que no molesta al resto de los bañistas. Pero este verano se ha incorporado la playa canina de Cádiz capital, ubicada en Torregorda. Está a continuación de la playa reservada al nudismo en Cortadura, lo que parece encubrir algún mensaje subliminal. Y también ha sido novedad la playa canina de Chiclana, que está situada junto al espigón de Sancti Petri, en Lavaculos. Este nombrecito también parece encubrir otro mensaje subliminal.
Al existir playas caninas en Cádiz y Chiclana, además de la que ya funcionaba en San Fernando, se puede establecer una saludable competencia entre las tres. No sé si existirá algún lugar de España donde coexistan tres playas caninas en tan reducido espacio geográfico, por lo que el bienestar canino está muy considerdo en la Bahía. El siguiente paso debería ser la consecución de banderas azules para las playas caninas. Además, en Cádiz, ya han pedido al Ayuntamiento que funciones un perribús a Torregorda. Los perros viajarán gratis y los dueños no. Los conductores podrían ser de la Patrulla Canina.
Benditos sean los perros y perras, que le están ganado terreno a los seres humanos en las playas. Es una conquista pacífica, sin prisas, pero sin pausas. Cada verano amplían los territorios conquistados. Pronto no habrá en esta provincia ningún término municipal sin su playa canina. Y, en el siglo XXII, ya no sé si quedarán playas humanas, o les reservarán un córner en Camposoto, o en Torregorda, donde los militares caninos harán sus prácticas. Puede que entonces también haya perrofobia, y tres majaras protestando porque en Cádiz sólo quedaron turistas y perros.
José Joaquín León