TRAS las obras de rehabilitación, se puede transitar por el gaditano Paseo del Vendaval. Fue muy bonita la foto de portada que publicó el Diario, en la que se veía al alcalde, Bruno García, y la subdelegada del Gobierno, Blanca Flores, dándose la mano, en señal de unidad para colaborar. Pues no suele ser habitual esa camaradería entre un político del PP y otra del PSOE, ni que colaboren en nada. Lo que han unido los vendavales, que no lo separe el destino. Y que se extienda a los castillos, los baluartes, las puertas y las murallas. Ese Paseo del Vendaval tiene un nombre descriptivo, y no se le ha dedicado a ninguna persona física, ni química. El paseo tiene un valor simbólico para Cádiz, que es ciudad de vendavales.
Se suele decir que los gaditanos entienden mucho de vientos. Algunos creen que es gracias a la pesca. Pero se debe, en general, a la relación con el mar. Influye para ir, o no, a las playas. Cualquier gaditano sabe que solo los insensatos y los guiris van a Cortadura con levante fuerte. También se sabe que Santa María del Mar y la Caleta están más resguardadas; o que las filas de edificios de la Victoria frenan el levante, pero está desguarnecida para el poniente. Asimismo se sabe que no es lo mismo el levante que el sur, y que el suroeste viene del mar y refresca. Y que la zona de la Alameda es lo contrario que la del Campo del Sur para los vientos, etcétera.
El viento en Cádiz suele ser muy fastidioso. Es nefasto para la Semana Santa, ya que apaga las candelerías de los pasos y desluce los cortejos de penitentes. Un palio con levante, en espacio abierto, pierde su estética. Y el poniente fuerte enfría una noche de primavera, y se la carga al hacerla invernal. La Semana Santa es mejor sin vientos y por calles estrechas. La plaza de San Juan de Dios no es igual que la de Candelaria.
El viento condiciona muchos partidos del Cádiz CF. Es increíble que estos jugadores no sepan jugar todavía con levante o sur fuerte. En otros tiempos, el Cádiz tenía a Adolfo Bolea, que era un experto en marcar goles con levanteras, chutando desde la zona de Preferencia. Cuando hace levante, con el viento a favor, se debe cargar el juego y chutar desde la derecha; y en contra, jugar y centrar desde la izquierda. Además, es mejor jugar primero con el viento en contra, para encerrar después al rival con el viento a favor, que empuja el balón hacia la portería. El Cádiz, con el Racing de Ferrol, lo hizo todo al revés, justo lo contrario de lo que convenía.
Entender de vientos es muy gaditano. Aquí, en general, se entiende de todo. Aunque algunos no se enteran de nada.
José Joaquín León