LA Navidad en Cádiz ha sido de una tristeza consuetudinaria en los últimos años. Una tristeza apabullante, penosa, rayana en la ruina, más que en la sencillez, hasta el límite de lo que abruma, si nos ponemos a comparar con el entorno. Conste que esto procede del siglo pasado, no ha sido sólo con Kichi. La izquierda gaditana adelantada le tiene una prevención exagerada en Cádiz a la Navidad. No lo entiendo. En Venezuela, país que tanto les suliveya, ya es Navidad, porque así lo decidió Maduro. En las dictaduras, el dictador decide todo, así sea el resultado de las elecciones como el día que empieza la Navidad. En este país llamado España los que más se interesan por las luces navideñas son los de Vigo, donde gobierna desde tiempo inmemorial el socialista Abel Caballero.

Los gallegos tienen fama de votar al PP, pero Vigo es una excepción. Siendo Vigo la ciudad española donde más fama tiene la decoración navideña, se podría pensar que iluminar mucho las ciudades es un seguro para recibir votos. A esta teoría contribuye que la ciudad que rivaliza con Vigo es Málaga, donde gobierna Francisco de la Torre, alcalde del PP invencible, que no se jubila nunca, ya ha cumplido 81 años, y que ilumina a tope.

Bruno García acierta al gastarse algún dinerillo en la iluminación navideña. Esto es como el frasco de perfume de la Magdalena, que decía Judas que se lo podría haber ahorrado para dar el dinero a los pobres. Siempre lo dice el que no da nunca el dinero a los pobres. Las luces también iluminan a los pobres. Y la pobreza no se quita dejando las ciudades a oscuras en Navidad. La pobreza se quita creando empleo, para que se ganen el pan con el sudor de su frente y tengan un piso de protección oficial con luz a buen precio.

La iluminación ha permitido crear una gran empresa especializada en Puente Genil (Córdoba), Ximénez Group, que abastece de luces navideñas a medio mundo, incluidas Vigo y Málaga. En vez de quejarse por todo, se debería crear en la Zona Franca de Cádiz una empresa de luces navideñas. Empresa gaditana como tú, que podría competir en esos mercados, donde los ayuntamientos están tirando las casas consistoriales por las ventanas para ver quién pone más luces y árboles más grandes.

No está demostrado que el comercio del centro de Cádiz suba ventas con mejores luces, pues su problema está en que las principales firmas de la calle Columela emigraron a Bahía Sur. La iluminación aporta buen ambiente. A ver si la Navidad en Cádiz también existe. Aunque antes vienen los Tosantos, no olvidarse.

José Joaquín León